España ha acogido en torno a 120.000 ucranianos, por debajo de países como Polonia (1.170.000), Alemania (780.000) o la República Checa (374.000), cerca de Italia (130.000) y muy por encima de Francia (88.000). Si a mediados de 2021 se contaban 2,5 millones de refugiados en la UE, solo desde febrero de 2022 han llegado cerca de 3,5 millones de ucranianos en busca de refugio.

 

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania en febrero pasado han salido de ese país aproximadamente cinco millones de habitantes. De ellos, casi 3,5 millones han buscado refugio en países de la UE, cifra que supera en un millón el total de refugiados registrados en la región a mediados de 2021 (2,5 millones), según los últimos datos publicados por ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) y analizados por Funcas con motivo del Día Mundial de los Refugiados.

España ha acogido en torno a 120.000 ucranianos, pocos en relación a países como Polonia (1.170.000), Alemania (780.000) o la República Checa (374.000), pero cercanos a la cifra de Italia (130.000) y muy por encima de la de Francia (88.000). Para dar cuenta del volumen relativo de los ucranianos recién llegados a España, cabe destacar que su número casi duplica al de todas las personas que solicitaron asilo en nuestro país en 2021 (62.000).

A medida que avanza el siglo XXI, las crisis de refugiados se han convertido en acontecimientos recurrentes, aunque difícilmente previsibles. La «crisis de los refugiados sirios» supuso en 2015 y 2016 casi 2,5 millones de solicitudes de asilo en la UE. Tras esos dos años críticos, el número de solicitudes de asilo en la UE retornó a los niveles previos, alrededor de 600.000 anuales. Con la pandemia y las restricciones de desplazamientos, las solicitudes en la UE cayeron hasta poco más de 400.000 en 2020, recuperándose en 2021. En este último año se presentaron más de medio millón de solicitudes (535.000), casi el 40% de sirios, afganos e iraquíes.

La situación de los países receptores de solicitantes de asilo puede variar de forma significativa en muy poco tiempo, como demuestra el caso de España, que, en solo unos años, ha pasado de ser uno de los Estados miembros de la UE con menos solicitantes de asilo a formar parte del grupo de países más solicitados.

España se vio escasamente afectada por la crisis de los refugiados sirios en 2015 y 2016; durante cada uno de esos años recibió en torno a 15.000 solicitudes, el 1% de todas las registradas en la UE. Sin embargo, a partir de 2016 comenzó a aumentar el número de solicitantes de asilo alcanzándose el pico en 2019, con más de 115.000 (18% de las presentadas en la UE).

Si bien en 2020 las solicitudes cayeron en términos absolutos (86.000), el porcentaje sobre el total de la UE aumentó hasta el 21%. En el primer año de pandemia, España pasó al segundo lugar del ranking de países europeos con más solicitudes de asilo. El nuevo descenso en el número absoluto de solicitudes en 2021 (62.100) no ha impedido que España siga entre los tres países de la UE con más solicitudes de asilo (solo por detrás, aunque a bastante distancia, de Alemania, con 148.000, y Francia, con 103.000).

Llama la atención la procedencia de quienes solicitan asilo en España: en casi todos los países de la UE, los nacionales sirios, afganos o pakistaníes encabezan en los últimos años la relación de los solicitantes de asilo. En cambio, en España, venezolanos y colombianos son (desde 2017) los solicitantes más frecuentes (43% de todas las solicitudes en 2021), seguidos, a mucha distancia, por marroquíes, malienses y senegaleses (10%, 7% y 5%, respectivamente).

Por razones históricas, España atrae particularmente a solicitantes de América Latina, lo que implica que buena parte de quienes adquieren la condición de refugiados dispone de recursos culturales que, en general, facilitan su acogida e integración en el país. Resulta difícil prever la evolución de las cifras de refugiados en los próximos años, pero -a tenor de las características de los solicitantes de asilo antes de que la invasión rusa de Ucrania provocara la «crisis de los refugiados ucranianos» – cualquier pronóstico sobre la demanda de asilo en España requiere examinar la estabilidad política y económica de la región de Latinoamérica y el Caribe. •••