Maximilian Martin, responsable global de Filantropía, Grupo Lombard Odier | Elegir la estructura filantrópica adecuada aumenta considerablemente las posibilidades de alcanzar los objetivos de impacto, y puede tener consecuencias legales, financieras y operativas significativas. Aunque una fundación independiente a menudo parece ser la elección más obvia en términos de proximidad, la falta de flexibilidad está llevando a un número creciente de fundadores a considerar otras estructuras de donación. Por ejemplo, es posible establecer fondos patrimoniales bajo el auspicio de una fundación benéfica exenta de impuestos, con un nombre y propósito de apoyo específicos.

 

El mundo enfrenta grandes desafíos, desde el cambio climático hasta importantes disrupciones y guerras. Paralelamente, la filantropía ha evolucionado hacia un enfoque más proactivo y basado en evidencia en las últimas décadas. Así, los filántropos se han vuelto cada vez más ambiciosos en lo que respecta al impacto que desean lograr a través de los proyectos que financian.

Más de 2 mil millones de personas alrededor del mundo, lo que equivale a una cuarta parte de la población mundial, residen en países vulnerables. A través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y otros marcos, la comunidad global está comprometida con la promoción del desarrollo y la asistencia a quienes más lo necesitan.

De acuerdo con la OCDE, la asistencia oficial para el desarrollo destinada a respaldar a los países del Sur Global alcanzó los $185.9 mil millones en 2021. Aunque es una suma considerable, está lejos de ser suficiente para lograr un desarrollo sostenible y brindar ayuda humanitaria a nivel mundial. Incluso si estos fondos se asignaran únicamente a los países más empobrecidos, la ayuda para el desarrollo apenas superaría los 90 USD al año por persona. Además, esta insuficiencia probablemente aumentará: aunado a los costos derivados de la pandemia de coronavirus, la mitigación del cambio climático y la defensa internacional seguirán ejerciendo presión sobre las finanzas públicas a corto y mediano plazo.

Establecer las estructuras adecuadas

Elegir la estructura filantrópica adecuada aumenta considerablemente las posibilidades de alcanzar los objetivos de impacto, y puede tener consecuencias legales, financieras y operativas significativas. Aunque una fundación independiente a menudo parece ser la elección más obvia en términos de proximidad, la falta de flexibilidad está llevando a un número creciente de fundadores a considerar otras estructuras de donación. Por ejemplo, es posible establecer fondos patrimoniales bajo el auspicio de una fundación benéfica exenta de impuestos, con un nombre y propósito de apoyo específicos.

La elección de la estructura es una decisión profundamente personal. En este contexto, además de todas las preguntas técnicas, es importante adoptar un enfoque proactivo y tener en cuenta que las visiones pueden evolucionar y cambiar.

Las personas se comprometen con causas en función de sus convicciones personales. La forma en la que contribuyen a ciertas causas está influenciada por su historia de vida, su trasfondo personal y profesional, así como sus conexiones sociales. Sin embargo, vivimos en una era de rápido progreso científico, que exige el más alto grado de transparencia. Nuestro conocimiento está en constante crecimiento, por lo que debemos tener esto en cuenta para aprovechar las oportunidades de generar un impacto positivo.

 El valor añadido en el foco

Según UNICEF, solo uno de cada cuatro niños vivirá en un país donde se alcance el 70% de los objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la infancia. Necesitamos explorar nuevas vías y la filantropía puede ser una alternativa importante en la búsqueda de nuevos impulsos.

En la práctica, el compromiso filantrópico oscila entre dos polos: la acción estratégica y la interpretación de valores. Una vía prometedora para potenciar el impacto de la filantropía, además de contar con estrategias sólidas de apoyo, es vincular todo el capital filantrópico a objetivos de impacto.

Bajando al detalle, si una fundación destina del 2 al 5% de sus activos cada año para financiar proyectos de interés general, esto implica que el 95-98% restante del capital puede invertirse en mercados públicos y privados para generar rendimientos financieros y, de esta manera, financiar proyectos futuros. Al enmarcar la estrategia de inversión en un modelo alineado con el propósito filantrópico de la fundación, también conocido como Inversión Relacionada con la Misión (MRI), es posible alcanzar un impacto social aún más significativo.

Claves para lograr un mayor impacto

Además de elegir la estructura adecuada y tener una visión holística del capital invertido (distribuciones y activos de la fundación), hay algunos principios básicos que maximizarán el impacto social:

  • El foco puesto en la profundidad: limitarse a un número determinado de proyectos permite concentrarse en los resultados y el impacto.
  • Eficacia de las organizaciones beneficiarias: verificando adecuadamente la eficacia de las posibles organizaciones beneficiarias, su viabilidad financiera, la calidad de su gobernanza y su capacidad de respuesta a las necesidades cambiantes, es posible dar prioridad a las de mayor impacto.
  • Evaluar y aprender: la filantropía estratégica es una forma maravillosa de traducir tus valores en acción e impacto. Esto requiere perseverancia: Implica examinar los éxitos y los fracasos para aprender de ellos.

Afortunadamente, a pesar de los retos actuales los filántropos trabajan en muchos ámbitos por el bien común. Los contextos cambiantes y los acontecimientos inesperados nos obligan a todos a someter nuestras estrategias a un proceso de aprendizaje continuo y a adaptarlas incluso a medida que se van aplicando. En el ámbito de la filantropía, este enfoque permite lograr el mayor impacto posible; incluso en un mundo con recursos limitados.

•••