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En 2021, la economía recuperará un 7,9%, pero no volverá al nivel pre-Covid hasta 2023, o incluso 2024, un año después de lo estimado anteriormente
La economía española se contraerá este año un 13%, según Funcas, lo que supone un empeoramiento de 3,2 puntos respecto a su anterior estimación. En una rueda de prensa telemática, Carlos Ocaña, director general de Funcas, y Raymond Torres, director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, han presentado el pasado 15 de septiembre las previsiones de otoño para la economía española 2020- 2021, advirtiendo no solo del impacto a corto plazo de la pandemia, el mayor de Europa, sino también del riesgo a largo plazo de divergencia entre España y el resto de países y de la insuficiencia de los fondos europeos, por su llegada gradual, para evitarlo.
La rebaja de previsiones, han explicado, se debe a la multiplicación de los contagios y su efecto disuasorio sobre la llegada de turistas extranjeros y el impacto negativo en la confianza de empresas y consumidores. La crisis del turismo explica las dos terceras partes del recorte y el resto se debe a la mayor incertidumbre sobre la demanda interna.
Tras una caída del PIB del 18,5% en el segundo trimestre del año, Funcas estima un crecimiento de en torno al 11,5% en el tercero, lo que supondría una recuperación de casi el 40% de la actividad perdida en los dos trimestres anteriores. El rebote en la parte final de año se prolongará en 2021, ejercicio en el que la economía crecerá un 7,9%, una décima más que en la anterior previsión.
Esta previsión se ha realizado para el supuesto de una contención de los rebrotes, con la llegada de una vacuna a finales del próximo año. T ambién se supone el mantenimiento de bajos tipos de interés y una política fiscal expansiva, por las medidas de apoyo a las empresas y el empleo y el incremento del gasto en línea con el plan europeo de recuperación (se incorpora en las previsiones, si bien su monto aún se limitará a 14.000 millones en 2021, de los cerca de 140.000 millones potencialmente disponibles).
Sin embargo, a finales de 2021 el PIB todavía será un 3,9% inferior al nivel pre-Covid. La recuperación no sería total hasta 2023 o incluso 2024 dependiendo de la senda de política económica, es decir, un año más tarde de lo estimado en primavera.
En cuanto al mercado laboral, el agravamiento de la crisis se reflejará en el número de horas trabajadas, que caerá a un ritmo similar al de la economía. Sin embargo, el recurso a los ERTE y el reparto del trabajo (que se traduce en una reducción del número de horas trabajadas por ocupado) provocará que el impacto en el empleo sea menor. La tasa de paro prevista para este año es del 17% (19,9% en el último trimestre), significativamente menos desfavorable que en recesiones anteriores. En 2021, descenderá a partir del pico alcanzado a finales de 2020 y se situará en el 16,2%, lo que equivale a 600.000 parados más que antes de la crisis.
El incremento del gasto público (estimado en 26.000 millones de euros) y el desplome de la recaudación (-72.000 millones) se reflejarán en el déficit público, que este año superará el 12% del PIB. En 2021, se produciría una reducción esencialmente cíclica del déficit, hasta el 8%, tras incorporar las decisiones ya tomadas o previstas (ingreso mínimo vital, incremento de la inversión pública en consonancia con el plan europeo de inversiones). La deuda pública se estancará en torno al 120% del PIB.
Riesgo de divergencia y plan europeo de recuperación
Más allá del impacto a corto plazo de la pandemia, Funcas ha advertido del riesgo de descuelgue de España respecto a Europa a largo plazo. La contracción de la actividad es una de las más acusadas de Europa debido en parte al peso del turismo y de otros servicios especialmente afectados. Estos sectores representan el 28% del PIB, más que el total de la industria, la construcción y el sector primario.
El plan europeo de recuperación, una de las principales diferencias con respecto a las anteriores previsiones, será solo una ayuda transitoria. La estimación para 2021 incorpora los mencionados 14.000 millones en ayudas y préstamos europeos. La ejecución del programa se acelerará en años posteriores, pero la cuantía de los desembolsos dependerá de la capacidad de gestión y de implementación de las administraciones públicas españolas.
Por otra parte, el impacto de esas ayudas y préstamos dependerá en buena medida de reformas estructurales, las mismas que necesita el país para afrontar los principales desequilibrios económicos y sociales y orientadas a cerrar la brecha de crecimiento de productividad con Europa y reducir el paro y la precariedad laboral (educación, mercado laboral, sistema de pensiones, transición tecnológica y energética).
Funcas ha proyectado dos escenarios que cubren el periodo presupuestario 2021-2027 para analizar el impacto del fondo de recuperación sobre la economía, con y sin reformas. En el peor de los casos, sin reformas, la economía española registraría una recuperación incompleta, la tasa de paro solo alcanzaría su nivel pre-crisis en 2024 y la deuda pública aumentaría hasta el 133% en 2027. El crecimiento de largo plazo de la economía española se mantendría en el 1,6%, es decir, los fondos europeos solo ejercerían un efecto transitorio. Sin embargo, en el escenario más positivo, con reformas, el crecimiento potencial subiría hasta el 1,9% anual, la tasa de paro bajaría al 10% en 2027 y la deuda pública invertiría su tendencia alcista para situarse en el 124% al final del periodo, todavía un nivel elevado. •••