Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones.

«En España hay ahora 55 protectorados. Queremos un único supervisor para facilitar una unificación de criterios» explica Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones en el especial 101 Fundaciones 2023 que ya está disponible junto con el número de noviembre de la revista Consejeros.

Vd. preside la fundación de una de las anti- guas cajas, la de Extremadura. Con la práctica desaparición de las cajas, las obras sociales se convirtieron en fundaciones bancarias y éstas en accionistas de los nuevos bancos. Semejante metamorfosis debe entrañar cambios de calado en todos los ámbitos ¿no?

Las antiguas cajas de ahorros tenían una obra social que la nueva ley de cajas decidió separar, convertida en fundación, de la actividad ban- caria. La mayor parte de esas fundaciones se convirtieron en accionistas de los nuevos bancos pero hay algunas otras en las que no, en las que ha habido una separación de patrimonio y no se mantienen como accionistas de los bancos. Y todo eso supone cambios, claro. Por ejemplo, desde el punto de vista de la gestión financiera la situación cambia radicalmente por el hecho de convertirse en fundaciones, sean fundaciones bancarias –si tienen más del 10% de la entidad- o sean fundaciones ordinarias -cuando tienen menos de ese 10%- con lo cual funcionan como cualquier otra fundación, con su patrimonio, sus inversiones…

En una situación económica y financiera como la actual, donde las inversiones en renta fija –habituales en las fundaciones– han dado fuertes pérdidas ¿cómo les afecta? ¿Cómo se encuentran, financieramente hablando, las fundaciones españolas?

A las fundaciones, en la parte patrimonial nos afecta como a cualquier inversor. Haces una inversiones con toda la prudencia del mundo y siguiendo las recomendaciones de las buenas prácticas, tan necesarias, y te encuentras con ese resultado… Pero en el conjunto de las fun- daciones los ingresos por inversiones suponen aproximadamente un 7% del total, pesan mucho más las donaciones privadas, las subvenciones públicas, incluso los ingresos por prestación de servicios en muchas de ellas.

Según los datos de la AEF hay en España más de 10.000 fundaciones


En España hay 10.511 fundaciones activas, funcionando, con algún programa en marcha.

¿Y qué ocurre con las inactivas? ¿Cómo muere una fundación? Porque parece que es casi imposible poner punto y final a una fundación

Si el patronato está de acuerdo en la extinción se pueden pasar el patrimonio y los recursos que queden a otra fundación u otra entidad sin fines de lucro. Lo que pasa es que a veces una fundación simplemente se queda sin actividad y, aunque jurídicamente existe, en realidad no tiene recursos ni actividad. En algunas ocasiones la Administración promueve un proceso de extinción pero es un proceso muy complicado, no es lo habitual.

Por contra ¿se siguen creando fundaciones?

Sí, se siguen creando fundaciones y hay bastan- te movimiento; sin prisa pero sin pausa. Y desde la asesoría jurídica estamos ayudando y dando soporte a las que se acercan hasta nosotros para dar ese paso. Pero no tenemos datos tota- les porque solo sabemos de las que se acercan a nosotros. Lo que estamos viendo es que hay nuevas necesidades, nuevas vulnerabilidades, y que para atenderlas surgen nuevas fundaciones.

Desde la Asociación se han volcado en pro- mover la creación de lo que han denominado fundaciones comunitarias, constituidas, por ejemplo, en un territorio concreto ¿prende esa figura?

Llevamos dos años impulsándolas y son proyectos preciosos, ojalá hubiera muchas más. En España hay ahora mismo nueve fundaciones comunitarias de las que cuatro han surgido bajo los auspicios de la Asociación. La última, la Fundación Comunitaria Almería Tierra Abierta, es muy reciente, del pasado verano. El colaborar, el unir esfuerzos alrededor de una iniciativa -no solo con otras fundaciones sino con otras entidades del tercer sector, incluso con entidades privadas- es fundamental y ha venido para quedarse.

Surgen fundaciones, por ejemplo, entorno a las enfermedades raras, de familias que se sienten desasistidas y se reúnen…


Tengo conocimiento bastante directo de personas con hijos con enfermedades raras y el problema es el número tan pequeño de enfermos que tiene cada una. No es que se sientan desasistidas pero el abanico de prestaciones del sistema público de salud no cubre todas las necesidades de estas familias, que se reúnen en agrupaciones y, cuando encuentran donantes dan el paso de convertirse en fundaciones, creo que con intención de perdurar en el tiempo y de poder hacer fuerza para conseguir cosas. Nunca es lo mismo ir solo que ir de la mano de una entidad.

 

«En el conjunto de las fundaciones los ingresos por inversiones suponen aproximadamente un 7% del total, pesan mucho más las donaciones privadas, las subvenciones públicas, incluso los ingresos por prestación de servicios»

Habla de hacer fuerza ¿Cómo se explica que después de años, la nueva ley de mecenazgo, aprobada en el Congreso por todos los grupos políticos, haya quedado de nuevo en suspenso tras la disolución de las Cortes?

El tema ha sido coyuntural, hemos tenido la mala suerte de que ha coincidido con la disolución de las Cámaras. Un miércoles estaba pre- vista la votación en el Senado y el lunes anterior se disolvieron las Cámaras y se convocaron elecciones. Pero hay que ser positivos y este es el primer tema de nuestra agenda. Como fue aprobado por todos los grupos estamos a la espera de que se forme el nuevo gobierno. No debería haber problemas.

¿Qué es lo que más les interesa de ese proyecto de ley? ¿El tratamiento de las micro donaciones? ¿las desgravaciones fiscales?


Pues ambas cosas, todo lo que es el micro mecenazgo, todo lo que sea favorecer el mecenazgo desde el punto de vista fiscal es crear cultura y es importante.

Hablando de mejoras, su antecesor en la presidencia de la Asociación se lamentó en varias ocasiones de que los protectorados, que debe- rían proteger, ayudar, acaban siendo para las fundaciones una rémora y un problema más que otra cosa, que hay una enorme dispersión, que emplean criterios distintos…

Además de la ley de mecenazgo, otro de nuestros objetivos es intentar conseguir un órgano supervisor único para facilitar una unificación de criterios. Nos parece que todo lo que se refiere a la buena gobernanza de las fundaciones, la transparencia, los informes, es funda- mental y al final, si tienes un único supervisor que de las directrices de buenas prácticas, pues mucho mejor.

¿Y a eso se contrapone qué? ¿El deseo de cada departamento de mantener sus competencias?


Nos enfrentamos a la inercia. Hay ahora mismo hay en España 55 protectorados, de los que sólo dos son de ámbito nacional, y luego en cada Comunidad Autónoma hay una situación distinta, con un protectorado, con dos o con varios. Y cambiar eso, esa inercia, no es fácil, requiere trabajo para lograr lo que consideramos que es mejor, ese supervisor único.

 

“Para conseguir los fondos europeos se requiere mucha documentación muy exigente, un esfuerzo muy importante, que para algunas fundaciones pequeñas es complicado, por eso estamos viendo qué podemos hacer al respecto en la AEF para ayudarlas a acceder a esos fondos”

Estamos en Demos 2023, el foro de las fundaciones y la sociedad civil ¿Qué espera de Demos 2023?


Este foro nació hace siete años y hay algunos temas que son fundamentales. El primero es conocer otras fundaciones, conocernos las distintas fundaciones, con propósitos y actividades muy distintas. Después está el buscar puntos de encuentro y colaboración porque cuando colaboramos entre varias fundaciones, cuando no reinventamos lo mismo en todas las fundaciones, no solo es que estamos siendo más eficientes, es que estamos multiplicando el efecto, eso es clarísimo.

¿Un ejemplo por favor?

Le puedo contar la colaboración que hemos hecho nosotros en la Fundación Caja de Extremadura con la Fundación Botín. Ellos tienen una metodología de desafío social que nosotros hemos incorporado y hemos llegado a un acuerdo con todas las organizaciones del tercer sector de Extremadura para hacer con ellas un desafío sobre la brecha digital en estas organizaciones sociales. Hemos creado una comunidad, que se llama Corola, de más de 30 organizaciones alrededor de nosotros. Se agruparon entre ellas y han hecho 7 proyectos cada una, que están desarrollando con nuestro apoyo, para superar la brecha digital que la pandemia puso en evidencia. Si nosotros hubiéramos tenido que inventar y desarrollar la metodología puede que nunca lo hubiéramos hecho. Eso es multiplicar, y esas colaboraciones son cada vez más relevantes porque los grandes retos que tenemos ahora y que se están poniendo de manifiesto en Demos son todos los referidos a la innovación.

No solo innovación tecnológica

No solo innovación tecnológica. Innovación en las formas de trabajar, en las formas de pensar. Tenemos un reto muy importante por delante para adaptarnos al mundo, que está en esa triple transición -institucional, tecnológica y verde- que está en el lema y en la agenda de Demos, donde una vez al año reflexionas y ves lo que piensan otras fundaciones sobre los temas que a todos nos están preocupando. Es un espacio para pensar, para reflexionar y plantearte cómo quieres afrontar el futuro.

La colaboración con fundaciones de más allá de nuestras fronteras, que parece más compleja, también empieza a dar frutos. El primero fue, tal vez, el de la creación de una gran asociación europea como Philea ¿Están en lo mismo las fundaciones europeas?

Philea tiene por una parte la agrupación de las asociaciones nacionales, como la nuestra y por otra la de las grandes fundaciones europeas. El primer encuentro de Philea, el de Barcelona el año pasado, era prácticamente el de constitución. En el segundo, en mayo, en Croacia, el espíritu era de absoluta colaboración, porque nos damos cuenta de que la filantropía está cambiando de una forma exponencial y vemos que los problemas que hoy tiene por ejemplo Ucrania nos están salpicando a todos en Europa. Todos somos más conscientes de que la geopolítica cada vez nos afecta más, a todos, y eso hace que este tipo asociaciones funcionen y tengan un objetivo común, y ya hay bastantes iniciativas en funcionamiento. En nuestro caso, además, como asociación nos interesa mucho ver qué hacen otras asociaciones, ver otras perspectivas. Y la asociación española es la segunda por número de asociados, así que también ellos te miran a ti. De Philea ha surgido, por ejemplo, nuestra participación en el encuentro de las fundaciones portuguesas. Para lo mismo, para ver, conocer…

Una Fundación como la ONCE, vital los ciegos españoles, no la hay en el mundo, por ejemplo.

Ese es un modelo único. Y sí, como fundaciones y organizaciones sociales creo que las españolas podemos sacar pecho porque tenemos referencias importantes. De hecho, el presidente de Philea es Ángel Font, de la Fundación la Caixa. Creo que la aportación que podemos hacer desde España a Europa también es importante. Aunque desde mi punto de vista lo que tenemos que hacer siempre es aprender, abrir la mente.

Las fundaciones pidieron poder acceder a los fondos europeos, pero parece que la petición se ha quedado en eso.


Como grupo, sí, se ha quedado en una petición, no ha avanzado nada. Lo que sí se también es que hay fundaciones que tienen proyectos que han conseguido fondos europeos, que están empezando a conseguirlos. Es cierto que para conseguir esos fondos europeos se requiere mucha documentación muy exigente, un esfuerzo muy importante, que para algunas fundaciones pequeñas es complicado, por eso estamos viendo qué podemos hacer al respecto en la AEF para ayudarlas a acceder a esos fondos.

La Fundación Amancio Ortega dona máquinas de última generación para el tratamiento contra el cáncer y resulta que de una parte del espectro político le llueven las críticas, incluso los insultos. Hubo hasta un comunicado de la AEF de apoyo ¿se sigue viendo a las fundaciones como vías de eludir impuestos o qué falla?

Es complicado porque se critica al que da, no se critica al que no da, de modo que podría resu- mirse en que falta cultura filantrópica, y en que queda mucho trabajo por hacer. Esa es una de las líneas de trabajo que tenemos en la asocia- ción, dar a conocer las labores que hacemos en las fundaciones y para ello esperamos poder contar con los medios de comunicación. •••