Pedro Veiga, coordinador del Centro de Investigaciones Abanca de IESIDE; Juan Ares, miembro del IDEGA, y Pedro Otero, director gerente de Afundación; en la presentación del informe
Las previsiones para Galicia son positivas en prácticamente todos los sectores tras un descenso del 8,9% en 2020, una contracción menor que la española
Afundación y ABANCA presentaron este viernes 23 de julio, en colaboración con el Instituto de Estudos e Desenvolvemento de Galicia (IDEGA) de la Universidade de Santiago de Compostela y el Centro de Investigaciones ABANCA de IESIDE, en la Sede Afundación de Santiago de Compostela, A Economía Galega. Informe 2020-2021.
Este estudio socioeconómico de referencia, dirigido por Alberto Meixide, que se viene publicando desde 1986, se presenta en su versión más dinámica del resumen ejecutivo en papel, reservando para final de mes la aparición del formato extenso en soporte online.
En el acto estuvieron Pedro Otero, director gerente de Afundación y secretario general de IESIDE; Pedro Veiga, director general de Planificación Estratégica y PMO de ABANCA y coordinador del Centro de Investigaciones ABANCA de IESIDE; y Juan Ares, miembro del IDEGA de la USC e investigador del estudio.
A Economía Galega. Informe 2020-2021
La pandemia por COVID-19 que desde el mes de marzo de 2020 impacta en todas las esferas de la vida a nivel mundial, tiene como una de sus principales consecuencias, además de la grave afectación sanitaria, una crisis económica internacional prácticamente inédita.
La contracción de la actividad mundial alcanzó el 4,3 %; la española, un 10,8%; y la gallega, un 8,9 %. Con todo, la previsión es situarse en una recuperación que ronde, a nivel internacional, el 6 % en 2021 y el 4,4 % en 2022. Sin embargo, en este contexto de crecimiento previsto para las anualidades siguientes se constata un desequilibrio entre regiones.
La Unión Europea, aún centrada en el proceso del Brexit, tuvo que hacer frente al mismo tiempo a una crisis que, sanitariamente, había impactado de manera extraordinaria, en los primeros meses, en dos de las economías de relevancia: Italia y España. La respuesta conjunta de la UE se consolidó en el acuerdo de creación de los Fondos Next Generation EU. El BCE, por su parte, también abogó por mantener las condiciones de financiación en unos parámetros muy favorables.
La repercusión de la COVID-19 en España fue la más profunda de todas las grandes economías mundiales. Con una caída del 10,8 %, la exposición española al sector servicios ―hostelería y turismo, esencialmente― marcó un descenso histórico.
La economía gallega, por su parte, experimentó una contracción en 2020 algo menor que la española, un 8,9 %. Un modelo productivo menos expuesto al turismo, un sector primario de peso relevante en el PIB y un mercado exterior asentado en exportaciones estables o una incidencia epidemiológica inferior a la media española son algunos de los factores que explican esta diferencia en el impacto.
Desde la perspectiva de la demanda, la mayor contribución a la caída del PIB fue la contracción del gasto de los hogares, que, en un entorno de restricciones y confinamientos, incrementaron la tasa de ahorro.
También la fuerte caída de la formación bruta de capital contribuyó negativamente, mientras que los gastos de las administraciones públicas, con una aportación positiva al crecimiento del PIB, contrarrestaron ligeramente los resultados negativos de las otras variables, a las que cabe añadir también el comportamiento del saldo externo.
Desde la perspectiva de la oferta, todos los sectores, como cabría esperar, experimentaron caídas importantes, destacando la construcción y la industria manufacturera, seguida de los servicios. El sector primario fue el menos afectado por la pandemia.
A pesar de la fuerte caída del PIB, el empleo en Galicia en 2020 solamente se redujo un 1,9 %, lo que se explica, en buena medida, por el recurso a los ERTE desde el inicio de la pandemia, un mecanismo que explica también la anormal evolución de la tasa de paro (12 %) que se observa en 2020.
La necesidad de reactivación de la economía gallega ante la crisis sanitaria modificó el conjunto de políticas públicas que se venían aplicando hasta 2020. Desde Galicia ya se presentaron 354 proyectos por un importe de 19.698 millones de euros para ser cofinanciados por el fondo de recuperación Next Generation EU.
Las previsiones para la actividad en el año 2021, ante las notables caídas de 2020, son positivas en prácticamente todos los sectores, aunque en un contexto sometido a tensiones.
En los primeros meses de 2021, el aumento de las exportaciones (10,9 %) y de las importaciones (6,2 %) tuvieron repercusión en todos los sectores, excepto en el textil y la confección. La cifra de negocio en los servicios aumentó sensiblemente a partir de marzo como cabría esperar, lo cual sugiere una recuperación en paralelo al aumento de las vacunaciones y al cese de las restricciones de movilidad y apertura.
En suma, y en un contexto de incertidumbre ante la actual quinta ola, la previsión de avance para Galicia se estime que será semejante a las expectativas para el conjunto del Estado. El escenario central, y con un rango de variación amplio, para las previsiones de crecimiento de la economía gallega se sitúa en el entorno del 5 % o 6 %. •••