Naturaleza ficción

‘Joanie Lemercier. Paisajes de Luz’. Espacio Telefónica

El artista francés Joanie Lemercier presenta siete de sus paisajes virtuales recreados en grandes pantallas en el Espacio Telefónica

“En un mundo complicado, lleno de ruido y ahora aún con más incertidumbre, pararnos un momento a reflexionar y tratar de fomentar entre todos el pensamiento crítico, para tener una mirada más pausada de la realidad y tratar de comprender el mundo en el que vivimos, es más importante que nunca”. Así lo explicó Pablo Gonzalo, responsable del área de cultura de la Fundación Telefónica, en la presentación de la última de las exposiciones del Espacio Telefónica. ‘Joanie Lemercier. Paisajes de Luz’, que podrá visitarse previa reserva hasta el 25 de julio, propone a través de una serie de videoinstalaciones una reflexión sobre el respeto a la naturaleza con paisajes  virtuales proyectados y recreados por ordenador.

“Creemos firmemente que es más relevante que nunca entender cómo la revolución tecnológica en la que estamos todos inmersos nos está planteando dentro de este contexto enormes retos, pero también grandísimas y maravillosas oportunidades. No solo en el ámbito de la educación, de la economía y en lo social, sino también en el de la creatividad y del pensamiento. Esta exposición es un buen ejemplo de ello”, añadió Gonzalo. Como siguió explicando, la tecnología se convierte aquí, de la mano del artista francés Joanie Lemercier (Rennes, 1982) en la mejor aliada para ayudarnos a mirar al entorno de una forma distinta y para ponernos delante considerables retos a los que nos tenemos que enfrentar. Entre otras reflexiones que asaltan al visitante durante el recorrido por la exposición, destaca la necesidad de repensar sobre el impacto que el ser humano está causando en el medio ambiente.

En ese camino, Lemercier, experto en la técnica del ‘videomapping’, ha utilizado herramientas tan variopintas como el lápiz, el plóter o incluso un dron. “Todos los proyectos los inicio con un boceto sobre papel, que luego se convierten en digitales”, explica su proceso creativo. “Quería explorar los paisajes con todo lo que ellos generaban. Tardo entre 15 y 20 horas en hacer un dibujo y puedo mirarlo durante horas para pensar en el siguiente. Creo una serie de dibujos que cuelgo en la pared, voy haciendo combinaciones entre ellos para realizar después repeticiones. Ese proceso de la repetición es algo importante en las artes digitales y ahí los algoritmos nos ayudan a repetir y a idear cosas”, añade. Lemerier se cuestiona, en ésta, su primera exposición individual, el papel de la tecnología, de las máquinas y de los robots dentro de nuestra sociedad. “Sabemos que los algoritmos van a ser cada vez más importantes. Es algo que asusta y preocupa, pero que también nos sirve para construir montañas muy bonitas”, bromea.

Entre las obras reunidas en la cuarta planta del Espacio Telefónica, encontramos una en la que se recrean el volcán japonés Fuji y el islandés Eyjafjallajökull, cuya erupción provocó una extensa masa de cenizas que hizo suspender el tráfico aéreo en buena parte del Atlántico. Se trata de una topografía reticular dibujada directamente sobre dos paredes perpendiculars y que emula esa fuerte explosión.

La exposición representa, en esa primera sección, la belleza de la naturaleza, recreada aquí por estas técnicas digitales que imprimen bastante de irrealidad a las composiciones. A partir de ahí es cuando el artista francés propone la reflexión sobre la necesidad de conservar y salvaguardar el patrimonio natural. En esa segunda parte de la muestra, encontramos una naturaleza maltrecha por la sobreexplotación humana. Gracias al uso de un dron, Lemercier ha captado imágenes del bosque Hambach, situado a 200 kilómetros de Bruselas y en grave riesgo por situarse allí la mayor mina de carbón de Europa. Es con esta videoinstalación con la que el autor inicia ese arte protesta, que continuará más adelante con otros proyectos.

Como cierre de la muestra ‘Paisajes de luz’, Lemercier presenta la pieza ‘Futuros deseables’, que podría considerarse algo así como un espacio dedicado a la reflexión, “a reactivar nuestra capacidad de ver el mundo y a comprometernos con él, imaginando y construyendo nuevas realidades”. •••

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