‘Green-city’ en Singapur
La OCDE publica un informe que analiza las estrategias de recuperación que están adoptando diferentes ciudades del mundo tras la pandemia
Las ciudades del mundo deben adoptar estrategias de recuperación a largo plazo que las transforme en urbes inteligentes, verdes e inclusivas para hacer frente a la crisis desencadenada por la COVID-19. Esta es una de las conclusiones del informe ‘Cities Policy Responses’ que acaba de publicar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con la que Fundación Aquae trabaja en múltiples ámbitos desde 2017.
La pandemia y sus consecuencias están motivando que las ciudades del mundo se replanteen cómo ofrecen sus servicios, planifican su espacio y reanudan su crecimiento económico. Conceptos como “economía circular”, “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, “urbanismo táctico” o «ciudad de los 15 minutos» (los servicios básicos como trabajo, sanidad, tiendas, cultura u ocio se localizan a menos de 15 minutos de nuestros hogares) son clave en este contexto, según este estudio de la OCDE donde se actualizan las respuestas locales para contener la propagación del virus, proteger a sus ciudadanos y reforzar sus economías.
Según explica Aziza Akhmouch, responsable de la División de Ciudades, Políticas Urbanas y Desarrollo Sostenible de la OCDE y miembro del Consejo de Estrategia de Fundación Aquae, «hasta cierto punto, la «vida después de la COVID-19» será la «vida con la COVID-19», de ahí la necesidad de reconstruir las ciudades a largo plazo, basándose en un nuevo enfoque de los espacios urbanos que tenga más en cuenta las diferentes necesidades y los cambios en la movilidad y accesibilidad a los servicios. Esta crisis puede brindar una oportunidad única para que los habitantes de las ciudades y los planificadores urbanos reconsideren drásticamente, desde cero, su paradigma de consumo, producción y viajes».
En este informe la OCDE sugiere una batería de recomendaciones orientadas a la acción para ayudar a las urbes a ser más resilientes, más ecológicas, circulares e inteligentes.
La digitalización, que ha sido clave para responder a la emergencia de la pandemia, seguirá siendo un elemento indispensable en esta “nueva normalidad” y muchas ciudades ya están asentando y expandiendo estas herramientas inteligentes que nos facilitan la vida. «El espacio virtual se está convirtiendo en parte integral de las esferas públicas locales, a medida que se digitalizan los servicios municipales, la información y los medios de participación y los recursos culturales. Por eso, internet se ha convertido en un servicio esencial cuyo acceso debería de ser universal», destaca Akhmouch.
Recuperación “verde”: ‘Efecto Greta’ y ‘Efecto Zoom’
A esta recuperación “inteligente” se suma la recuperación “verde”: la pandemia representa una clara oportunidad para que las urbes hagan más ecológica su economía. El ‘efecto Greta’ (de la activista medioambiental sueca Greta Thunberg) y el ‘efecto Zoom’ (del proveedor de videoconferencias que antes de la pandemia tenía unos 10 millones de usuarios diarios, en su mayoría empresas, y que ahora registra más de 300 millones de usuarios convencionales) han acelerado la conciencia ambiental de los ciudadanos, que ven como algo muy positivo la transición hacia una economía circular. Tras la COVID-19 han surgido diferentes iniciativas medioambientales a nivel local, con especial énfasis en la movilidad urbana sostenible y la eficiencia energética.
En abril Fundación Aquae ya analizó cómo el confinamiento en España generó entre el 16 de marzo y el 12 de abril un descenso medio del 55% en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en las 15 ciudades más pobladas de nuestro país. Un ranking encabezado por Palma de Mallorca, Alicante, Las Palmas, Valencia, Vigo y Barcelona. En su infografía, Aquae también radiografía la caída del NO2 en las principales capitales de Europa en este mismo periodo. A Madrid (reducción del 52% en NO2) le siguieron Roma, Lisboa, París, Bruselas, Estocolmo, Londres y Berlín.
En relación al transporte por carretera, en las ciudades que estuvieron confinadas se registró un descenso del 50-75% y de hasta el 95% en la congestión del tráfico en las horas punta y, aunque estas reducciones ya se han revertido en muchas de estas urbes, esta experiencia ha motivado a muchas administraciones locales a buscar una movilidad urbana más limpia. Algo que prevén conseguir con medidas como infraestructuras de movilidad activa (carriles bici, zonas peatonales o patinetes eléctricos), mejoras en la seguridad y accesibilidad del transporte público, pago de tarifas sin contacto o ayudas para el transporte de bajas emisiones (vehículos eléctricos). Muchas ciudades también están repensando la organización de su espacio público, incluyendo el cierre permanente de carreteras o la reserva de espacios públicos para vehículos compartidos o eléctricos.
«Respecto a la recuperación “inclusiva”, muchas ciudades ya están adoptando medidas para apoyar a las empresas locales e impulsar el empleo, la construcción y la renovación de viviendas asequibles. Además de medidas a corto plazo, como el asesoramiento o el suministro de alimentos o refugio, las administraciones locales han desarrollado estrategias a largo plazo y planes de inversión destinados a ayudar a los colectivos más vulnerables», señala Aziza Akhmouch.
Desde 2017 la colaboración entre Fundación Aquae y la OCDE se basa en tres pilares básicos: la Iniciativa de Gobernanza del Agua (red mundial de expertos en agua de la OCDE), de la que Aquae forma parte desde 2018; el programa de Becas Aquae, gracias al cual jóvenes españoles pueden formarse en materias de gobernanza de agua, economía circular y ODS en la sede de la OCDE en París; y la creación y divulgación de contenidos, cuyo objetivo es convencer a los encargados de formular políticas públicas y sensibilizar a los ciudadanos sobre economía circular, innovación y el papel de las mujeres en la toma de decisiones del sector del agua. •••