EDAR de Cabezo Beaza de Cartagena
Este plan de renovación, no solo garantizaría la sostenibilidad del ciclo urbano adaptado al cambio climático, sino también el derecho de acceso al agua potable y la calidad del agua.
En España, uno de los países europeos más vulnerables a los efectos del cambio climático, debería implantarse un plan de renovación sostenible de las infraestructuras del ciclo urbano del agua que garantizara el uso más eficiente posible de los recursos hídricos. Esta es una de las conclusiones del estudio ‘Análisis de las necesidades de inversión en renovación de las infraestructuras del ciclo urbano del agua’ de la Cátedra Aquae de Economía del Agua (Fundación Aquae y la UNED) y la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).
Además, en un contexto de cambio climático, con fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor, sequías, lluvias torrenciales, inundaciones o huracanes) cada vez más frecuentes e intensos, el impacto de los fallos en los servicios del ciclo urbano del agua se intensifica, algo a lo que también contribuye el crecimiento y concentración de la población en áreas urbanas.
Este plan de renovación, no solo garantizaría la sostenibilidad del ciclo urbano adaptado al cambio climático, sino también el derecho de acceso al agua potable y la calidad del agua. Según el estudio de la Cátedra Aquae y AEAS, la inversión necesaria en infraestructuras y redes del ciclo del agua en las ciudades se situaría entre los 2.221 y los 3.858 millones de euros anuales. Sin embargo, la realidad actual en nuestro país es otra: cada año se invierten unos 585 millones de euros, un 70%-80% menos de lo necesario.
España es uno de los países europeos más vulnerables al impacto del cambio climático ya que sufre de elevados niveles de estrés hídrico, el 20% de su territorio ya puede considerarse desértico y entre el 75% y el 80% está en riesgo de desertificación. Además, actividades muy importantes para nuestra economía, como la agricultura o el turismo, son intensivas en consumo de agua.
«En este escenario de cambio climático, este plan de renovación sostenible garantizaría un funcionamiento óptimo de estas infraestructuras, lo que minimizaría las pérdidas en la captación, almacenamiento, tratamiento y distribución del agua en nuestras urbes; mejoraría la calidad de los efluentes vertidos a los ecosistemas acuáticos; facilitaría una mayor reutilización del agua; y reduciría el gasto energético asociado a todos los procesos derivados del ciclo urbano del agua», señala Amelia Pérez Zabaleta, directora de la Cátedra Aquae, impulsada por Fundación Aquae y la UNED.
En poco más de dos años, España ha experimentado sucesos climatológicos extremos: la fuerte sequía de 2017, las DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) o episodios de ‘gota fría’ en la zona de Alicante y Murcia en septiembre de 2019 o la DANA de Cataluña del pasado mes de enero, con graves consecuencias económicas en áreas de Tarragona y Girona.
«Los sucesos de los últimos meses y años, tanto con sequías graves como con inundaciones extremas, han demostrado que hay muchísimo por hacer en seguridad hídrica, que no es otra cosa que ser capaces de asegurar las necesidades de agua en calidad y cantidad de forma sostenible», añade Pérez Zabaleta.
Las infraestructuras analizadas en este estudio, utilizadas en España por 47 millones de habitantes y 80 millones de turistas al año, son las redes de aducción (tuberías destinadas a conducir el agua desde la obra de captación hasta la planta de tratamiento), las plantas potabilizadoras, los depósitos, las redes de abastecimiento, las redes de alcantarillado, las estaciones de bombeo, los tanques de tormenta y las depuradoras de aguas residuales.
Este trabajo es el primero que evalúa las necesidades de renovación de los activos asociados al ciclo del agua de nuestras ciudades, un ámbito en el que, hasta su publicación, no existían datos nacionales de referencia, ni siquiera en los programas de medidas de los planes de cuenca. La razón fundamental es que las administraciones públicas involucradas en su conservación no han priorizado la necesidad de incluir esta modernización de los sistemas urbanos de abastecimiento de agua y saneamiento en sus planes estratégicos de inversión.
«Esperamos que la divulgación de este estudio contribuya a generar un ambiente de interés y unos procedimientos económicos mínimos para tener en consideración la necesaria renovación del extenso patrimonio afecto a los servicios locales (responsables legales) de abastecimiento y saneamiento urbano. Hasta ahora invisibles y no considerados por nuestras autoridades centrales y autonómicas, ni siquiera a nivel de planificación», concluye la directora de la Cátedra Aquae. •••