La institución retomará su ritmo habitual anterior a la pandemia – con 155 conciertos en vivo de los que 92 se emitirán en directo por Canal March y YouTube– y aumentará a dos tercios las invitaciones disponibles para su reserva online.
La Fundación Juan March ha presentado hoy su Temporada de Música 2021/22 en un acto desarrollado en directo y en el que han intervenido el director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, y el director de su programa de música Miguel Ángel Marín, así como José Luis Arellano, director de escena de la ópera de cámara I tre gobbi de Manuel García, con la que la Fundación inaugura su temporada de conciertos el próximo 26 de septiembre.
“Ninguna temporada ha sido más deseada que la actual”, escribe Miguel Ángel Marín en la presentación del libro de temporada. Una vuelta a un principio de normalidad que ha supuesto, en el caso de la Fundación, la recuperación de su ritmo habitual, con 155 conciertos de los que casi un centenar se retransmitirán en directo por internet o radio. Para ello contará con la presencia de 117 intérpretes de talla nacional e internacional como Jean Rondeau, Asier Polo, Andrea Motis, Alina Abrahimova o Angela Hewitt, y de 35 grupos de cámara que abarcan grandes y pequeñas formaciones como el Cuarteto Diottima, Voces 8, la Orquesta Titular del Teatro Real, el Coro de RTVE o la Orquesta y Coro Nacionales de España.
Esta temporada la Fundación Juan March incorporará a su programación un bagaje de experiencias del ámbito digital que desarrolló durante la pandemia y que están encaminadas a llegar a nuevos públicos y enriquecer su experiencia. Así, con el objetivo de ampliar y diversificar el número y perfil de sus asistentes, aumentará a dos tercios el número de invitaciones disponibles para su reserva online, unas 200 invitaciones que podrán solicitarse online y que adjudicará su sistema de reservas de forma aleatoria. Para enriquecer la experiencia del directo, incorporará locutores para los fines de semana y un sistema mejorado de rotulación y sobre titulado para los 92 conciertos que transmitirá en directo esta temporada.
Otra de sus apuestas será incorporar nuevos canales de difusión. Así, además de renovar su Canal March y reforzar su canal de YouTube –que ha vivido un incremento exponencial de seguidores en Latinoamérica–, y de continuar su colaboración con Radio Nacional y Televisión Española con sus retransmisiones habituales, sumará algunos de sus títulos a la plataforma digital del Teatro Real, My Opera Player, y lanzará un nuevo sello discográfico. Este nuevo sello, March
Vivo, se presentará de forma oficial en octubre con el lanzamiento de tres títulos y tendrá distribución internacional en plataformas digitales y tiendas de discos.
De esta manera, y durante los próximos ocho meses, la institución ofrecerá al público de manera gratuita una treintena de proyectos musicales en los que, tras este año de pandemia, reactiva plenamente los principios de su filosofía: el comisariado, la búsqueda de nuevos formatos de concierto y el énfasis en la música española.
La institución aplica la idea de comisariado musical a la sala de conciertos buscando una perspectiva o ángulo de escucha concretos, explorando relaciones insospechadas o infrecuentes entre obras o compositores, o desenterrando historias que trasciendan o complementen la escucha. A este principio responden una veintena de ciclos de esta temporada que se celebrarán los miércoles, viernes y sábados, entre ellos “Bach en Köthen”; “Verdi, no solo ópera”; “Stravinsky en danza” o “Clásicos de la canción latinoamericana”.
La premisa de jugar con el formato convencional de conciertos para encontrar formatos innovadores de concierto tiene su fruto en el ciclo “Mozart a través de sus cartas”, una serie de conciertos en la que un viernes y sábado al mes se pondrá el foco en una ciudad y un año de la vida del compositor. Estos conciertos no solo describirán su actividad compositiva, sino también su momento vital, intercalando sus obras con lecturas de sus cartas por Carlos Hipólito, Pedro Casablanc, María Adánez o Ernesto Arias.
No es fácil poner el énfasis en la cultura musical española cuando lo que se busca no es tanto programarla como integrarla en el repertorio. Por esa integración apuestan ciclos como el que explora la intensa relación de Rossini con España; el dedicado a la influencia de la música española en el repertorio y la vida de Pauline Viardot o el Proyecto Conrado, iniciado el año pasado, y que durante seis temporadas (2021-26) presentará sus cuartetos de cuerda, la edición crítica de su partitura y su grabación en vídeo.
El programa de esta temporada incluirá además dos óperas de salón de Manuel García (I tre gobbi y Un avvertimento ai gelosi) con las que la Fundación cierra la etapa que ha dedicado, desde 2017, a la música teatral en pequeño formato del compositor sevillano. También contará con 50 recitales de jóvenes intérpretes –que este año vuelven a celebrarse los domingos y también los lunes– y dos proyectos de conciertos didácticos entre cuyos materiales para el trabajo en el aula se incluirán por primera vez videotutoriales.
Esta temporada la Fundación seguirá sacando partido de los 100 metros cuadrados que ganó en su Auditorio con la reforma que acometió en 2019. Una conquista del espacio escénico que le ha permitido explorar repertorios que se sitúan entre la música de cámara ampliada y el repertorio sinfónico reducido, y que esta temporada cristaliza con la presencia de cuatro grandes formaciones: la Orquesta Titular del Teatro Real, el Coro de RTVE (dos conciertos) y el Coro y un Conjunto instrumental de la ONE.
Gracias a la apertura al diálogo con otras instituciones, las últimas producciones se han podido mover por la geografía española, favoreciendo que los melodramas de Rousseu y Benda se representaron en la Sociedad Filarmónica de Bilbao; que la producción de la ópera Lilith se llevase a Zamora, o que varios conciertos del ciclo “El universo musical de Gerardo Diego”, coproducidos con el Festival de Otoño de Soria, pudieran disfrutarse en Gijón y Santander. Un espíritu colaborativo que este año se materializa en la ya habitual coproducción con el Teatro de la Zarzuela; el ciclo en paralelo a la producción de La Cenerentola en el Teatro Real; la coproducción del ballet La noche de San Juan con el Gran Teatre del Liceu y su reposición en el Museo Universidad de Navarra, la reposición de una ópera del Palau de les Arts, y, por primera vez, el comisariado conjunto con la Orquesta y Coro Nacionales de España en un original proyecto sobre la música española de la Edad de Plata.