Liu Jianhua / Shadows in the wáter / Sombras en el agua, 2002-2003 / Porcelana / 50 x 1200 x 10 cm /
Colección Fundación “la Caixa” ©Liu Jianhua
> 07 de octubre 2021 – 23 enero 2022
> Fundación Barrie
> A Coruña
La Fundación Barrié presenta la exposición HUMANO, MÁS HUMANO, con una cuidada selección de 13 obras procedentes de la Colección “la Caixa” de Arte Contemporáneo y creadas por destacadas figuras del arte contemporáneo nacional e internacional de los siglos XX y XXI, como A.R. Penck, Jean-Michel Basquiat, George Baselitz, Stephen Dean, Liu Jianhua, Sam Taylor-Wood, Jean-Marc Bustamante, Miquel Barceló, Vik Muniz, Txomin Badiola, Jorge Barbi, Gino Rubert y Anna Malagrida.
Comisariada por Nimfa Bisbe, jefa de las colecciones de arte de la Fundación ”la Caixa”, la exposición abarca un abanico amplio de formatos artísticos: pinturas, esculturas, fotografías, instalaciones y vídeos.
La exposición amplía así la oferta expositiva contemporánea de la Fundación Barrié, que, en una sala superior, muestra una selección de obras de su Colección de Pintura Contemporánea Internacional.
La exposición se completará con actividades didácticas y visitas guiadas reducidas, siguiendo las normas y recomendaciones de las autoridades sanitarias con motivo de la pandemia a causa de la COVID-19.
La exposición HUMANO, MÁS HUMANO
El ser humano es uno de los grandes temas del arte de todos los tiempos. Artistas de todas las disciplinas y estilos han explorado sus múltiples y complejas facetas: su figura y cuerpo, sus gestos y actitudes, sus ideas y sentimientos, sus sueños y pasiones, su vulnerabilidad y fortaleza.
Esta exposición aborda parte de esas representaciones y vivencias humanas a través de trece obras de la Colección de Arte Contemporáneo de la Fundación ”la Caixa”. El título de la muestra está tomado del libro homónimo de Josep Maria Esquirol, quien, tras releer a Nietzsche y su libro Humano, demasiado humano, decidió titular igual su propia obra, pero sustituyendo demasiado por más, porque no se trata de ver el mundo como un ser superior e ir más allá de lo humano, como proponía el filósofo alemán; lo humano no es una condición que deba ser superada, sino que lo valioso para nuestro mundo y nuestra cultura es intensificar y profundizar en lo más humano. Y ello implica reconocer su vulnerabilidad que, como escribe Esquirol, es la que proporciona al ser humano la capacidad de sentir y sufrir, y por eso mismo, de pensar y luchar.
Esta exposición se ha gestado durante el período de incertidumbre y confinamiento que ha provocado la pandemia global de la COVID-19, un tiempo que ha puesto de relieve la fragilidad del ser humano y que nos ha transportado a la angustia del aislamiento, pero también a la reflexión de cómo nos situamos y habitamos el mundo. El imperativo de la distancia social ha hecho que tomemos conciencia del valor de la intimidad y de la casa como refugio ante las dificultades y peligros externos, pero sobre todo nos ha permitido comprender al ser humano como ser relacional y la necesidad de compartir y sentir que no estamos solos. El ser humano forma parte de la pluralidad del mundo, y su existencia depende de una trama de relaciones establecidas no solo con los demás humanos, sino también con el resto de los seres vivos y de las cosas que pueblan el mundo. Esta experiencia, que ha afectado a toda la humanidad, pero que hemos vivido en singular, ha provocado un deseo enorme de reencuentro, de volver a sentirnos unidos, de compartir la vida y vivir el mundo.
La palabra humanidad ha guiado, pues, la selección de obras expuestas, como también lo han hecho las que se han repetido constantemente durante estos largos meses: soledad, cuerpo, vulnerabilidad, resistencia, intemperie, refugio, inmovilidad; y, por supuesto, interacción social, convivencia y celebración.
9. Jean-Marc Bustamante / Lumière 02.03, 2003/ Serigrafía sobre plexiglás / 195 x 280 cm / Colección Fundación “la Caixa” / ©Jean-Marc Bustamante, VEGAP, A Coruña, 2021
La exposición presenta dos escenarios completamente distintos en los que piezas de diferentes períodos y géneros se resignifican con la mirada de nuestras vivencias recientes. El primero se compone de cuatro pinturas de gran formato, producidas en la década de 1980, que tienen como motivo la figura humana. Realizadas con pinceladas densas, vibrantes y emotivas, estas obras crean un espacio simbólico en el que fluye una corriente multicolor de cuerpos de carácter arcaico, racial y antropomorfo. A. R. Penck elabora un repertorio de signos y figuras esquemáticas para que sean comprensibles en todas las culturas. Miquel Barceló expresa la animalidad del ser humano con un gesto impulsivo y crispado. Jean-Michel Basquiat pinta una máscara de labios sellados en la que resuena la bestialidad del racismo. Y Georg Baselitz pone sus figuras del revés para intentar volver a ser, para reaprender el mundo y restituir la emoción al hecho pictórico.
El segundo ámbito reúne imágenes más cercanas a lo real. Gira en torno a la experiencia vivencial y se articula a través de las oposiciones entre exterior e interior, espacio privado y espacio público, e inmovilidad y movimiento. Se compone de varias obras de diversas disciplinas que muestran formas de reclusión y fragilidad, seguidas de imágenes de convivencia, diversión y celebración colectiva. Anna Malagrida fotografía la incomunicación que genera la vida en las grandes ciudades, y Liu Jianhua alude a la ambición del capitalismo global representando la fragilidad de los cimientos de la arquitectura occidental en las ciudades contemporáneas chinas. Sam Taylor-Wood retrata el tedio y la soledad contemporáneas; Jean-Marc Bustamante resalta la animada reunión de adolescentes en una discoteca, mientras que Vik Muniz reproduce y da relieve a la monumental masa humana que fotografió Weegee en la playa de Coney Island, una imagen que se ha convertido en un icono de la fotografía y que, actualmente, se nos antoja inaudita. Alejados del tumulto y del ruido humano, artistas como Txomin Badiola, Jorge Barbi y Gino Rubert exploran los efectos del aislamiento para profundizar en su identidad más personal. La exposición finaliza con el exuberante bullicio humano que proyecta el vídeo de Stephen Dean: una explosión de alegría de los espectadores en un abigarrado estadio de fútbol, celebrando su triunfo. •••