FEDEA, la Fundación Rafael del Pino y BBVA Research han lanzado de forma conjunta la duodécima edición del Observatorio sobre el Ciclo Económico en España, con el título “Ciclo económico, empleo y productividad en 2023”. Este Observatorio analiza y cuantifica la influencia de un amplio conjunto de factores estructurales que determinan los ciclos económicos con la ayuda de un modelo diseñado por investigadores de las tres instituciones implicadas.

Aunque el crecimiento del PIB durante el año se ha comportado mejor que lo esperado a principios de 2023, este crecimiento no ha sido suficiente para cerrar la brecha en el PIB por persona en edad de trabajar (PIB por PET) con respecto al nivel que nos correspondería si hubiéramos seguido la tendencia histórica observada desde 1990. De hecho, la brecha del PIB por PET con respecto a su nivel tendencial se ha ampliado en el último año, y ya se sitúa -3,2 puntos porcentuales por debajo, mientras que la tasa de crecimiento interanual del PIB por PET en 2023 se ha estancado, y fue 1,1 puntos porcentuales inferior a la tasa de crecimiento media tendencial. Un aumento notable del empleo y de la población en edad de trabajar de la población extranjera ha evitado un comportamiento peor del PIB por PET.

Durante el año 2023 ha continuado la aportación positiva de los márgenes de precios al crecimiento del PIB por PET. Las empresas no han trasladado completamente a los precios finales el aumento en los costes de producción. Sin este comportamiento, el crecimiento anual durante 2023 del PIB por PET habría sido 1,2 puntos porcentuales menor. Por el lado de la demanda, el shock a la vivienda contribuyó en más de 1,3 puntos porcentuales al crecimiento anual del PIB por PET. En cuanto a los factores que han frenado el crecimiento, la política monetaria restrictiva del BCE, a través de las distorsiones que genera en los distintos tipos de interés, sustrae medio punto porcentual al crecimiento, y los shocks procedentes del sector exterior, 1.6 puntos porcentuales más.

En el mercado de trabajo, el indicador de tensionamiento sigue aumentando y la relación entre vacantes y desempleo ha crecido un 66% con respecto al trimestre anterior a la pandemia. Por otra parte, desde ese trimestre, el comportamiento cíclico del empleo del factor trabajo difiere significativamente si lo evaluamos por el número de empleados, por el empleo equivalente a tiempo completo, o por el número de horas trabajadas. La tasa de crecimiento del empleo equivalente a tiempo completo, que sintetiza la evolución conjunta de empleados y horas por empleado, se situó durante 2023 por encima de su tendencia histórica. Sin embargo, los shocks sobre la inversión residencial (posiblemente por los cuellos de botella en el mercado de trabajo en dicho sector), la imposición sobre el trabajo y el capital, y los diferenciales en tipos de interés (que habían tenido una contribución positiva en la mayor parte del periodo) empujan hacia abajo el crecimiento del empleo equivalente a tiempo completo.

La tasa de crecimiento interanual del PIB por PET en el cuarto trimestre de 2023 se ha visto lastrada en 0,8 puntos porcentuales por el mal comportamiento de la productividad del trabajo (PIB por hora trabajada), mientras que las horas medias trabajadas por PET han evitado un descenso del PIB por PET. El año 2023 ha sido especialmente negativo en términos de crecimiento de la productividad del trabajo, con un crecimiento interanual un 3% inferior al ya de por sí muy bajo crecimiento histórico. Además, algunas de las perturbaciones que han contribuido a aumentar la productividad, como las que afectaron a la imposición sobre el trabajo y el capital, lo han hecho a costa de reducir la utilización de trabajo en mayor medida que lo que contribuyeron a reducir el PIB, lo que origina un aumento espurio de la productividad.

La brecha negativa en el PIB por PET de España con respecto a la UE8 se ha ampliado durante el siglo XXI, situándose, en media, en un 24% durante el trienio 2020-2022. De las cuatro variables en las que se descompone contablemente el PIB por PET (productividad por hora, hora por empleado, tasa de empleo y tasa de actividad), España mantiene un notable diferencial negativo persistente con la UE8 en todas ellas menos en las horas por empleado. Puede decirse que a la economía española le cuesta mucho más generar valor añadido por cada persona en edad de trabajar que a nuestros socios europeos, y si nuestra diferencia en renta con respecto a Europa no es todavía mayor, es porque el empleado medio de España dedica más horas al trabajo que el empleado medio europeo.

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