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La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 ha encendido el motor de la solidaridad entre las fundaciones, grandes compañías y también las no tan grandes

La misión de cualquier fundación es llegar allí donde las administraciones no alcanzan. Es una máxima muy repetida en el sector. La última crisis humanitaria provocada por el COVID-19 ha encendido todas las alarmas. Resulta muy difícil resumir aquí, en solo 750 palabras, el largo listado de iniciativas que han llevado a cabo las fundaciones, empresas y asociaciones de España para paliar esta grave pandemia. Las olas de solidaridad que se despertaron antes frente a catástrofes humanitarias como los tsunamis en el Sudeste asiático en 2004 o las inundaciones en Haití en 2010, las hemos vivido ahora aquí, en primera persona.

Como muestra de la madurez de la sociedad española, esa solidaridad se ha extendido por todos los rincones y no solo impulsada por las cotizadas del Ibex35, también desde el supermercado desconocido que lleva un palé con comestibles de forma interesada y anónima a una residencia de ancianos o el restaurante de carretera que deja un puesto gratuito para abastecer a los camioneros en sus paradas técnicas. Si miramos a las grandes, encontramos iniciativas de todo tipo. Pasamos a intentar enumerarlas.

La Fundación Mutua Madrileña ha entregado al Ayuntamiento de la capital, la ciudad más castigada por el nuevo virus, 65.000 mascarillas para los servicios de atención a domicilio del consistorio y 20.000 test rápidos. La Fundación SEUR ha colaborado en la distribución de las mascarillas que ha fabricado Mayorga, una compañía dedicada al sector mobiliario, pero que ha cambiado de actividad por unos días. También Inditex, H&M, Mango y Tendam han dado un giro solidario a sus fábricas, poniéndolas a producir batas, mascarillas… Ikea y El Corte Inglés, a través de la Fundación Ramón Areces, ha vestido las 5.000 camas del hospital habilitado en los recintos feriales de Madrid. Desde el país en el que se detectó el primer caso, desde China, Alibaba Group ha realizado varios envíos solidarios a España de mascarillas y trajes de protección. La Fundación Cofares ha donado 6.000 geles desinfectantes a los equipos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que participan en la ‘Operación Balmis’. De fabricar cosméticos y perfumes, L’Oréal, Nivea o Puig han pasado a fabricar en sus laboratorios los demandados geles.

En unos días en los que ni siquiera se permiten los necesarios duelos para superar una pérdida, la Fundación la Caixa ha activado un plan de ayuda, en coordinación con los hospitales, para que los 230 profesionales de su programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas puedan prestar sus servicios. La Fundación ONCE, por su parte, ha habilitado una residencia de Madrid para niños con discapacidad, desocupada por la cancelación de las clases, como residencia para personal sanitario.

La dramática situación ha propiciado alianzas de todo tipo. Una de ellas ha unido una vez más a la Fundación Telefónica con Cruz Roja con la campaña #sumafuerzas para animar a otras muchas entidades a volcarse en esta crisis. A una primera donación de medio millón de euros para alojar a personas sin hogar, se sumaron otras muchas. Los clubes de fútbol, por ejemplo, tampoco han quedado atrás. Aparte de donaciones, han impulsado campañas. También la liga y la Fundación Santander han promovido un festival musical solidario para recaudar fondos que mezcló a estrellas del balón con los amos del micrófono.

Las grandes aportaciones económicas, como la de 25 millones de euros de BBVA, de Mapfre de cinco millones o la de cuatro del Banco Santander, han compartido titulares estos días con otros muchos gestos. Por ejemplo, hemos visto cómo los agricultores dejaban sus reivindicaciones pidiendo mejoras para el sector para salir a las calles con sus tractores para ayudar en la desinfección. Pensando ya en la recuperación de la normalidad y reactivación económica, la Fundación Adecco está ofreciendo programas gratuitos de formación y reorientación laboral durante esta crisis. También la Fundación KPMG ha lanzado un programa para apoyar a pymes, autónomos, startups, emprendedores y entidades sociales para resolver cuestiones fiscales y laborales.

Con el estado de alarma que ha obligado a cancelar todas las actividades culturales y cerrar las exposiciones, muchas instituciones han aprovechado para invitar a disfrutar del ocio a través de sus webs. Es el momento de disfrutar de aquellas conferencias que no pudimos acudir pues recordamos que las principales fundaciones graban esas actividades y están a disposición de todos en Internet (Juan March, Telefónica, La Caixa, Rafael del Pino, Areces…). También la Fundación Victoria de los Ángeles ha ofrecido por Instagram una serie de conciertos de música clásica. •••