La entidad dará respuesta a más de 240 personas con discapacidad intelectual mayores de 35 años con los nuevos proyectos del Servicio de Vida Adulta y Envejecimiento Activo
La pandemia ha incrementado la vulnerabilidad de los mayores con discapacidad intelectual, según Down Madrid. La entidad, que atiende a 243 personas de más de 35 años, ha detectado la pérdida de autonomía, el aumento de casos de soledad no deseada y de aislamiento, así como la necesidad de más apoyos en los diferentes tratamientos.
Así, el Servicio de Vida Adulta y Envejecimiento Activo continúa trabajando para mantener y mejorar la calidad de vida de este sector poblacional, con la finalidad de dar respuesta a uno de los colectivos más damnificados por la crisis sanitaria, social y económica provocada por la COVID-19. Desde la Fundación se ha recalcado que “seguiremos apoyando a nuestros mayores, quienes sufren un envejecimiento y declive prematuro derivado de su discapacidad, adaptando los recursos disponibles al contexto actual”.
El nuevo proyecto de Down Madrid potenciará la formación en autonomía y el entrenamiento cognitivo para que los mayores con discapacidad intelectual tengan calidad de vida “en cualquier escenario posible”. Y es que, al verse limitadas las actividades y los apoyos habituales como consecuencia de la emergencia sanitaria, ha habido un retroceso a nivel cognitivo que, desde la entidad, han asegurado que “no se debe prolongar más”.
“Dar continuidad a sus actividades es fundamental para su autonomía, puesto que esta generación ha tenido, por lo general, menor estimulación a lo largo de su vida. Además, sus padres suelen ser ya muy mayores, por lo que cuentan con menos apoyo. Ante esta situación, el mejor factor de protección es mantener un buen nivel de actividad cognitivo, social y laboral”, se ha explicado.
Por ello, se trabajará “intensamente” en la prevención e intervención con la ayuda de una herramienta digital de neuroestimulación. Asimismo, se complementará con la evaluación del deterioro físico, cognitivo y funcional, además del seguimiento neuropsicológico, que facilite la detección temprana de síntomas de declive funcional y envejecimiento prematuro patológico. En los casos que así se requiera, se derivará a una unidad médica especializada y de apoyo funcional.
EMPLEO Y SOLEDAD NO DESEADA
Por otro lado, desde la entidad se continuará ofreciendo formación y apoyo en competencias digitales a aquellos usuarios que, por las circunstancias, han perdido su puesto de trabajo o se encuentran en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
En paralelo, se desarrollará un programa específico para mayores de 40 años, donde se asesore, entre otras cuestiones, sobre la jubilación contributiva de las personas con discapacidad intelectual. La Comisión de Vida Adulta y Envejecimiento Activo elaboró el pasado año una guía que profundizaba en la diferente legislación existente y resolvía dudas con casos prácticos. Ante los sucesivos cambios en esta materia, el documento se convierte en un “indispensable”, a juicio de la entidad, por lo que se actualizará constantemente.
Otro de los asuntos que precisa mayor atención es la soledad no deseada y el aislamiento que presentan algunas personas con discapacidad intelectual. Según Down Madrid, hay más casos que antes de la pandemia, por lo que se orientará y apoyará a los familiares frente a situaciones difíciles de gestionar. •••