Maria Emilia Casas, Rocio Perteguer e Ignacio González
“Es urgente regular el metaverso y las inversiones de bienes físicos, sobre todo inmuebles, a través de tokens”. Con esta rotundidad se han expresado los registradores de la propiedad Rocío Perteguer e Ignacio González en el debate online sobre ‘Metaverso, blockchain y registro de la propiedad’ que ha organizado la Fundación Ramón Areces.
Ambos expertos han coincidido en el riesgo que entraña en estos momentos realizar inversiones participadas en bienes inmuebles sin que exista regulación sobre estas prácticas.
“No hay seguridad jurídica en este tipo de transacciones. El propietario puede mover el bien y registrarlo después o no”, ha añadido Ignacio González. Y ha advertido de que “en el ordenamiento jurídico, es importante destacar la figura y diferencias del token”. “Cuando hablamos de tokenización de bienes inmuebles o que en un metaverso se venda un bien real, es necesario vincularlo de forma permanente en un registro. Habría que vincularlo con el registro de la propiedad. Incluso en aquellas inversiones en las que diferentes usuarios quieren participar de los dividendos por los beneficios del alquiler de ese bien, debería de quedar constancia de todos los movimientos en un libro de socios también por esa necesidad de evitar posible blanqueo de capitales…”, ha explicado este registrador de la propiedad.
En esta conversación, moderada por la jurista María Emilia Casas, se han abordado las cuestiones básicas de los distintos metaversos, del empleo de la tecnología blockchain para transmisiones de activos digitales y de la posible tokenización de activos físicos, sean inmobiliarios o mobiliarios. Sobre los metaversos, Perteguer ha asegurado que habrá distintos tipos de metaversos o universos virtuales paralelos a la realidad y que un usuario podrá participar en ellos, como ahora sucede con las redes sociales, con un avatar y personalidad distinto en cada uno de ellos. “El objetivo de estos metaversos será interactuar con otras personas, pero si queremos configurar una identidad personal verificable, como sucede con los certificados digitales, entonces deberíamos de contar con herramientas jurídicas que nos permitan esa posibilidad. No solo con el metaverso, sino en otros entornos de Internet. Tiene que existir normativamente la opción de crear una apariencia y una realidad que pueda ser verificable, algo que sería importante sobre todo si pensamos en los menores de edad. Existe una laguna legal aún y ética en esta interacción en la que tenemos que educar a las generaciones venideras y poder separar atributos -como la edad, las capacidades, la residencia, la ocupación…- y que esa información quede al margen para movernos por esas esferas digitales. Son atributos que el resto de usuarios no tiene por qué conocer”, ha asegurado Rocío Perteguer.
Ignacio González ha ido más lejos al reflexionar sobre la necesidad de atribuir una personalidad concreta a cada robot. “La inteligencia artificial se está extendiendo a todos los ámbitos y los robots intervienen en nuestro entorno, pudiendo modificar situaciones y tomando decisiones. Es necesario por ello atribuir una personalidad a cada robot y que ésta pueda responder jurídicamente de sus actos. El Parlamento Europeo en 2017 ya propuso esta responsabilidad para los robots autónomos. Hay que determinar al responsable de daños que este pueda provocar. Debe existir un código identificador de cada robot, una especie de registro especial de robots avanzados”, ha señalado.