La Asociación Española de Fundaciones (AEF) presenta el informe Estrategias de las fundaciones españolas en la era postcovid-19

El sector fundacional se encuentra en un tiempo de transición. Desde el inicio de la crisis del coronavirus, el Tercer Sector, en general, y las fundaciones, en particular, se han volcado en dar una respuesta efectiva a las consecuencias sociales y sanitarias sobrevenidas, complementando las medidas sociales y económicas de las Administraciones Públicas. Esta respuesta ha supuesto un gran estrés organizativo y financiero para el Tercer Sector, siendo aún incierto el impacto a medio plazo de este esfuerzo adicional en las entidades sociales.
 
Las fundaciones se enfrentan a una de las situaciones más complejas de su historia. La crisis económica, sanitaria y social generada por la Covid-19 ha creado una tormenta perfecta en la que se ha unido el aumento de necesidades sociales desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020 con, para muchas de ellas, el descenso progresivo de sus ingresos gracias a los que estas organizaciones dan una respuesta a las demandas sociales, muchas de las cuales, además, se suman a las necesidades aún no resueltas durante los años que siguieron a la crisis financiera global y la posterior recesión. La pregunta relevante es si el impacto de la Covid-19 en el sector fundacional será pasajero o se extenderá al largo plazo, y cómo le afectará organizativa y financieramente. 

Así lo refleja el informe Estrategias de las fundaciones españolas en la era postcovid-19 de los investigadores Gregorio Rodríguez Cabrero (Universidad de Alcalá) y Simón Sosvilla Rivero (Universidad Complutense de Madrid), que acaba de ser presentado por la Asociación Española de Fundaciones (AEF). Este estudio complementa el realizado por los mismos autores, junto con María del Carmen Ramos Herrera, El sector fundacional. Atributos fundamentales (2008-2019).
 
El estudio reflexiona sobre los retos y oportunidades a los que se enfrentan las fundaciones y su valor añadido es doble: por una parte, tiene en cuenta los diferentes trabajos y encuestas realizados por la AEF y otros informes elaborados por otras organizaciones (tales como los de ESADE y Deloitte) de ámbito nacional e internacional, hasta el momento de su finalización (al final de la primera ola de la pandemia). Por otra, y basándose en muy diferentes fuentes, cuantitativas y cualitativas, el estudio, además de analizar el impacto de la Covid-19 en el sector fundacional, ofrece una mirada hacia el futuro, aportando materiales y reflexiones de utilidad y valor para que las fundaciones (aunque sin duda valdría para el conjunto del Tercer Sector) puedan debatir con argumentos sólidos hacia dónde caminar en el futuro inmediato.
 
El informe concluye que las principales aportaciones que pueden realizar en el sistema de bienestar y en la reconstrucción social y económica que tiene que abordar España en los próximos años se pueden resumir en dos ideas: aportar valor social y valor territorial.
 
En cuanto al valor social de las fundaciones, según el informe El sector fundacional en España: Atributos fundamentales (2008-2019), el sector atiende a 43,7 millones de beneficiarios, genera un gasto de 8.499 millones de euros y emplea a 267.005 trabajadores. De este modo, las fundaciones contribuyen a la satisfacción de necesidades de muy diversos colectivos sociales, al mismo tiempo que canalizan el capital social del voluntariado, crean puestos de trabajo con un elevado nivel de cualificación y capacidad de ajustarse a las crisis y, como subsector de la economía no lucrativa y economía social de mercado relativamente equilibrado, caminan por una senda anticíclica para paliar y moderar parcial y selectivamente los fallos de otras esferas de bienestar como son el sistema de mercado y el sector público.
 
La contribución a la cohesión social y territorial no es un objetivo nuevo del sector fundacional, pues forma parte de los objetivos estratégicos del Tercer Sector. El desarrollo de proyectos supraterritoriales entre fundaciones de distintos sectores y ámbitos de actuación se considera un objetivo prioritario para evitar la fragmentación territorial y el despilfarro de recursos, siendo una prioridad del sector fundacional.
 
“Si en el sector fundacional no nos ponemos a trabajar desde ya mismo en el valor social y territorial que aportamos a la sociedad, existe un riesgo de que desaparezcan fundaciones en España y de que las necesidades de miles de personas queden desatendidas. Toda crisis genera efectos negativos y la de la Covid-19 está siendo especialmente virulenta, pero también genera oportunidades. Si no actuamos con estrategia y rapidez, un 25% del sector fundacional podría desaparecer, con graves consecuencias para los fines de interés general. Si, por el contrario, sabemos aprovechar las oportunidades y realizamos la transformación digital necesaria, nos convertiremos en un sector aún más eficaz y eficiente”, advierte Silverio Agea, director general de la AEF.

Otros retos del sector a los que alude el trabajo de los profesores Rodríguez Cabrero y Sosvilla Rivero son la cooperación interna como vía de cohesión institucional, el ahorro de recursos a través del trabajo en red y el desarrollo de proyectos transversales de amplio interés general. La creación de nuevas fuentes de recursos procedentes de actividades propias cuenta con amplio apoyo entre las fundaciones como vía para evitar la dependencia de los recursos externos, públicos y privados, así como  el desarrollo de la digitalización para la mejora de comunicación interna y externa y de los procesos de trabajos.
 
Según el estudio, este es el camino que debe transitar el sector fundacional en los próximos meses para garantizar su sostenibilidad y su papel central en el bienestar común y en la promoción de la participación cívica.  
 
Como explica Agea, “la AEF ha trasladado al Gobierno la necesidad de contar con la participación de la sociedad civil en el diseño del Plan de Recuperación para España que movilizará los recursos del programa Next Generation EU, focalizados, primordialmente, en la digitalización y la transición ecológica. Muchas de las fundaciones están perfectamente capacitadas y bien situadas para participar, mediante alianzas y recursos complementarios, en los proyectos que puedan presentarse y contribuir así a la construcción de una Europa más sostenible, más digital y más resiliente».
 
En este sentido, los participantes en el estudio enfatizan que el camino hacia la transformación y hacia un cambio duradero requiere que las fundaciones adopten medidas que mejoren su rendimiento e inspiren a su gente. •••