INFORME

101 FUNDACIONES • anuario 2021

EDITORIAL

Más con menos

Las fundaciones, el tercer sector, y el país en general cierran un 2021 más áspero, complejo y difícil de lo imaginado hace solo 12 meses, cuando el anuncio de una vacuna contra el Covid-19 parecía presagiar una rápida vuelta a la normalidad que, ahora lo sabemos, nunca será lo que fue.

Según la Fundación Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), una fundación de larga y acreditada trayectoria, entre 2018 y 2021 los españoles en situación de pobreza severa han pasado de 4 a más de 6 millones de personas. En el mismo periodo, los hogares sin problemas económicos han pasado del 49 al 41%. De modo que las necesidades más apremiantes, más acuciantes, se han multiplicado por todos los rincones del país. Lo saben bien las pías fundaciones de la iglesia española, empeñadas en atender y dar de comer a miles de personas cada día, en las bien conocidas colas del hambre.

Atender esas necesidades perentorias, básicas, es fundamental. Pero también lo es, nadie lo duda, conservar nuestro patrimonio artístico, y difundir las artes, todas y cada una de las bellas artes, como es vital reforestar los terrenos asolados por el fuego, crucial investigar contra el cáncer, y contra esa miríada de enfermedades raras que atormentan a esos “raros” enfermos y sus “raras” familias, es esencial llevar un registro de los donantes de médula, y ayudar a quienes quieren dejar la droga, es fundamental…

Las necesidades, las justas demandas de una sociedad convulsa y zarandeada por una crisis inesperada, no parecen tener fin, y no dan tregua. Y frente a ese Leviatán omnipresente, lento, tardo, e imprescindible que es el Estado, tiene que ser una sociedad civil formada, organizada, despierta, la que de la cara y abra nuevas vías, nuevos caminos.

Y en eso han estado las fundaciones españolas en este aciago 2021, con menos presupuesto, con más necesidades que atender, abriendo vías de colaboración, aumentando la eficiencia, aumentando la transparencia, rindiendo cuentas y dando pleno sentido a su definición académica: “Persona jurídica dedicada a la beneficencia, ciencia, enseñanza o piedad, que continúa y cumple la voluntad de quien la erige”.

La filantropía –literalmente, el amor al género humano– está siempre detrás de estas grandes fundaciones que hoy recogemos en este anuario. Desde luego. Está claro, sin embargo, que para ser filántropo no se precisa ser un magnate acaudalado, basta con ser sensible a tantas necesidades como esta crisis ha puesto de manifiesto y estar dispuesto a presentar batalla. ••• 

 

REDACCIÓN
LASFUNDACIONES.COM

… Y frente a ese Leviatán omnipresente, lento, tardo, e imprescindible que es el Estado, tiene que ser una sociedad civil formada, organizada, despierta, la que de la cara y abra nuevas vías, nuevos caminos.