INFORME

101 FUNDACIONES • anuario 2023

OPINIÓN

23 años

de aprendizaje

de Fundación Maimona

Alejandro Hernández Renner
Director gerente Fundación Maimona

Somos unas 2.000 fundaciones comunitarias en todo el Mundo. Nos ubicamos en todo tipo de entornos, pero cada uno de nuestros itinerarios organizativos vitales es único: la de Fundación Maimona es la historia del amor incondicional de un filántropo, Diego Hidalgo Schnur, y de un pequeño grupo de ciudadanos amigos, por la tierra extremeña de origen. Es la fábula del desafío cívico a las fuerzas globales causantes de la que parecía irremisible decadencia de un pueblo; el relato de la resistencia comunitaria apostando visionariamente por el emprendimiento y la innovación. Es poder decir que hoy lo estamos consiguiendo, doblando el brazo a las tendencias que vacían España; generando impacto por valor de 2,48 EU. por cada Euro invertido socialmente; y sirviendo de laboratorio internacional para un nuevo modelo de desarrollo local. Pero nuestra historia significa también reconocer que el camino del éxito es, como bien saben los empresarios veteranos y los emprendedores sociales, el mismo sendero que el de los fracasos y las contradicciones. Éste ha sido nuestro gran aprendizaje.

Haber ayudado a más de 1.000 proyectos de negocio a salir adelante en toda Extremadura, alimentado cerca de 500 proyectos sociales y de mejora del tejido económico, participando en más de una veintena de programas nacionales e internacionales, e invirtiendo más de 8 millones de Euros, nos ha permitido poner en crisis nuestros planes y nuestras convicciones cada vez que actuábamos. Las fundaciones ejercemos funciones delicadas, y padecemos equilibrios muy difíciles de alcanzar. Cuando una fundación como Maimona se obliga adicionalmente, por propia voluntad, a establecer mecanismos de gobernanza y transparencia comunitarios que van mucho más allá de las exigencias legales y de buen gobierno del modelo tradicional, la complejidad crece exponencialmente. En consecuencia, hemos aprendido a lo largo de los años a identificar cuatro grandes ejes o dimensiones que necesitamos armonizar:

  • la del impacto positivo, es decir, lograr cambios profundos y estables mejorando la realidad sobre la que es nuestra misión incidir, reduciendo a la vez los efectos indeseables de nuestras actuaciones;
  • la de la comunicación interna y externa: la escucha profunda y significativa, la emisión de información veraz y de calidad, la creación de espacios de diálogo, comunicación, comprensión y co-creación;
  • la de la sostenibilidad económica y la optimización del uso de los recursos materiales y de las estructuras organizativas;
  • la dimensión de la preservación de los valores colectivos, el mantenimiento de nuestra cultura organizativa y local en un escenario de multiculturalidad y cambios sociales vertiginosos, asegurando simultáneamente nuestra congruencia e integridad y nuestra permeabilidad, en la búsqueda permanente del bien común.

Estas cuatro dimensiones importantes por igual, al actuar muchas veces como fuerzas contradictorias, nos retan cotidianamente a las fundaciones incluso más que a las empresas o a las administraciones públicas. El campo de juego en el cual nos desenvolvemos, permanentemente acelerado, es cada vez más líquido, extraño, e impredecible; tan complicado, vasto y rápido, que supera claramente nuestras inteligencias individuales. En Fundación Maimona creemos esencial asumir y expresar explícitamente nuestra pequeñez y nuestro relativo desconocimiento. Pensamos que esta actitud humilde es fundamental para dejar ir viejas formas y normas, y hacer venir nuevas maneras de saber y de hacer, muchas de las cuales provienen de la experiencia internacional.

Por eso introdujimos la técnica de laboratorio social cuando tanto el equipo técnico como el Patronato asumimos las limitaciones del tradicional plan estratégico. Esta forma de colaboración emergente y abierta ha generado nuevos proyectos y estructuras autónomas, multiplicando así nuestra capacidad de hacer más allá de nuestros recursos propios, liberando muchas energías locales dormidas, y poniendo en valor espacios anteriormente abandonados. El siguiente paso, siguiendo los modelos de éxito de las mejores fundaciones comunitarias de todo el Mundo, está siendo la creación de un fondo social de fondos filantrópicos, que permitirá mejorar la plena participación de todas las empresas, personas y familias locales en la construcción de nuestro futuro colectivo. Cuando nos estamos acercando a nuestro primer cuarto de siglo de vida, sabemos que sólo como eternos aprendices sabremos servir mejor. •••

«En Fundación Maimona creemos esencial asumir y expresar explícitamente nuestra pequeñez y nuestro relativo desconocimiento.”

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