INFORME

101 FUNDACIONES • anuario 2022

OPINIÓN

Cuando la empresa está socialmente comprometida

Fernando Ruiz 
Presidente de la Fundación SERES

Fundación SERES es una organización que apoya la transformación de las empresas hacia un modelo de empresa responsable y sostenible. Por ese motivo ponemos el acento en la dimensión más exigente: la dimensión social. Desde hace más de 13 años nuestro empeño en SERES se ha centrado en gran medida en consolidar un tipo de liderazgo de empresas más humanas, capaces de transformar la realidad empresarial y lograr una sociedad mejor. La empresa tiene un papel activo y esencial. Creemos que en los asuntos ESG cada vez lo social adquiere más peso, con las personas en el centro. Porque ningún plan de sostenibilidad y resiliencia puede avanzar si no colocamos a las personas en el centro. Es cierto que lo social, como una de las dimensiones directivas más exigentes y también dentro de una empresa, cuenta con una barrera importante: hacer tangible su retorno. Solo seremos capaces de construir un nuevo mañana gracias a una empresa basada en la gestión responsable, la actuación con propósito y el compromiso empresarial conectado con los retos sociales.

El Banco Mundial ya alertó el año pasado sobre el aumento de la tasa de pobreza a nivel mundial en su informe “Pobreza y prosperidad compartida”. El mismo documento ponía de relieve que la COVID-19 ha empujado a entre 88 y 115 millones de personas a la pobreza extrema, que ocurre cuando un individuo se ve obligado a vivir con menos de 1,90 dólares al día. En términos de desigualdad, la exclusión social grave ha pasado de afectar al 8,6% de los residentes en España en 2018 a hacerlo al 12,7% en 2020, según las cifras publicadas por la fundación Foessa, en la última edición de su informe de evolución de la cohesión social. Esas cicatrices son especialmente significativas en el caso de los jóvenes, un colectivo en el que la exclusión severa ha pasado del 10% al 15,1% desde el estallido del coronavirus. Por su parte la OIT aportaba una nueva evaluación para 2021 sobre la crisis del mercado de trabajo provocada por la pandemia de la COVID-19, Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2021 en la que ponía de manifiesto que al menos hasta 2023 el crecimiento del empleo no logrará compensar las pérdidas sufridas. Dada la falta de protección social generalizada –por ejemplo, la de los 2.000 millones de trabajadores del sector informal– las perturbaciones laborales relacionadas con la pandemia han tenido consecuencias muy significativas para los ingresos y los medios de subsistencias de las familias.

La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto -aún más- esta realidad. Una gestión responsable en estos casos no solo es importante sino muy necesaria, porque las empresas son y serán los agentes mejor preparados para afrontar este cambio de paradigma. Las compañías trabajan para conectar lo social con el negocio y en los estudios que elaboramos anualmente en la fundación vemos algunos indicadores que avalan un compromiso social creciente en las compañías.  Sólo en términos de inversión social, el año pasado se situó en torno a los 1.400 millones de euros. Podemos decir que en los últimos años hemos asistido a un cambio sin precedentes en los negocios impulsado por los factores ESG. Cuestiones como el medioambiente, la preocupación por el bienestar de las personas y una gobernanza transparente y ejemplar en toda la cadena de valor se han convertido en determinantes para la sostenibilidad de las empresas. Para garantizar esa conexión entre progreso social y económico, desde la fundación defendemos, en clave de valor compartido, la suma del valor social y del valor empresarial. Es urgente generar impacto social positivo al mismo tiempo que se produce un impacto económico. Nos referimos a que el mañana solo puede construirse a través de compañías socialmente comprometidas.

De hecho, SERES nace para inspirar y afrontar el reto de la transformación de las empresas a la hora de asumir su posición frente a los problemas sociales. El objetivo de la fundación es garantizar la visión estratégica de los proyectos y posicionar las actuaciones sociales como iniciativas clave para las organizaciones, capaces de ofrecer valor para la empresa y para la sociedad. Creo que en el contexto que vivimos es esencial invitar a los líderes empresariales a que tengan un papel más activo como ciudadanos globales, a que se conviertan en una pieza fundamental en el cambio cultural, para contagiar su visión responsable al resto de la organización y lograr empresas cada vez más excelentes.

Fruto de ese esfuerzo para medir y respaldar la relevancia de lo social hemos creado el Índice SERES de la Huella Social©. Una metodología de medición del impacto social de los proyectos económicos que ofrecerá mayores estándares en términos de conexión económica y social y ayudará a trabajar en una recuperación sin dejar a nadie atrás. Con la transición hacia una economía verde, la igualdad de género, la cohesión territorial y social y, especialmente, la digitalización como ejes transversales del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia elaborado por el Gobierno, hay que trabajar bien cuál va a ser el papel de todos y cada uno de los agentes de cambio y cómo se va a tejer el plan de trabajo conjunto que permita la colaboración público-privada para canalizar los fondos de los diferentes programas de reconstrucción hacia una economía digital, sostenible y resiliente. Ofrecer una respuesta a la altura de este desafío pasa por evaluar el valor adicional de los criterios ESG en las inversiones en los fondos de recuperación y ser capaces medirlo.

La agenda social en este año de transición ha girado en gran medida en las empresas en torno al liderazgo responsable, las iniciativas para acelerar la recuperación con modelos más inclusivos y herramientas que permiten comparar el impacto de las empresas o el nuevo paradigma en el que el compromiso empresarial es un elemento primordial para los inversores en todo el mundo. En un mundo con crecientes dificultades para alcanzar la cohesión social con cuestiones complejas como la desigualdad, las brechas en el empleo, talento y educación o un crecimiento alarmante de las situaciones de pobreza de las familias, es necesario contar con empresas capaces de generar soluciones eficientes, eficaces, escalables y sostenibles que pueden abrir la puerta del cumplimiento de los 17 objetivos de la Agenda 2030.

Únicamente, desde el convencimiento, el nuevo liderazgo, y la necesidad de colaboración público-privada podremos alcanzar el objetivo de construir una sociedad fuerte, justa, inclusiva y llena de oportunidades para todos. No me cabe la menor duda de que nos encontramos en un momento excepcional, en el que una gestión responsable no solo es importante, sino urgente. •••

 

“El criterio de preservación del capital, los bajos tipos de interés que se podían obtener y la ausencia de inflación hacían poco interesante la realización de inversiones financieras por las Fundaciones. Eso ha cambiado”

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