El inconfundible universo creativo de Pablo Picasso y el trazo luminoso de Joaquín Sorolla conviven ahora, y hasta marzo de 2025, en las salas de exposiciones de la sede de la Fundación Bancaja en Valencia.

El legado de estos dos genios de la historia del arte protagoniza la oferta expositiva que la entidad ha presentado como cierre de la celebración de su décimo aniversario, una década de arte y compromiso durante la que la Fundación Bancaja ha logrado impactar en siete millones de personas mediante su acción social y cultural. El broche de oro a esta celebración lo ponen dos grandes exposiciones que revisan la prolífica producción de estos dos creadores universales.

La obsesión picassiana por el tema del pintor y la modelo vertebra el recorrido de la exposición Picasso y la modelo. El perfíl de Jacqueline, que pone el foco en la presencia constante de la mujer como modelo en la producción de Pablo Picasso, centrándose en la importancia que Jacqueline Roque, su última mujer y musa, tuvo en su vida y en su obra desde que la conociera en 1952 y durante toda su convivencia hasta la muerte del pintor en 1973.

La obsesión picassiana por el tema del pintor y la modelo vertebra un recorrido por más de 250 obras

La exposición, comisariada por Fernando Castro Flórez y Laura Campos Vicent, ofrece un recorrido por más de 250 obras que revelan la representación recurrente que Picasso realizó de la temática del pintor y la modelo en óleos, obra gráfica, dibujos y libros ilustrados.

Las obras presentadas proceden en su mayoría de la amplia colección de obra gráfica de Picasso perteneciente a la Fundación Bancaja, que posee una de las colecciones del artista más destacadas en el panorama internacional. Junto a estas piezas, se incluyen óleos y dibujos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Picasso de Málaga, la Fundación Picasso Museo Casa Natal, ABANCA, la Fundación ICO y Galería Guillermo de Osma. Una selección de fotografías de los archivos de Edward Quinn y David Douglas Duncan completan el rico conjunto y muestran a Picasso en su entorno creativo y familiar durante los 20 años de relación del pintor con Jacqueline, con especial protagonismo de las residencias y talleres que compartieron en Cannes (La Californie) y Mougins (Notre-Dame-de-Vie).

Picasso fue capaz de captar infinidad de emociones de las mujeres con las que convivió, llegando a realizar más de 400 retratos de Jacqueline Roque desde diversas ópticas, recurriendo a formas primitivistas, a la geometría post-cubista o al jugueteo con el clasicismo. Su faceta como grabador es también clave en su trayectoria y tiene una importante presencia en la exposición con obras de la Suite 347 y la Suite 156, linóleos y una decena de libros ilustrados por el artista. Sus representaciones de la mujer no se limitan a una mera reproducción de la realidad, sino que se sumergen en una profunda reflexión sobre la identidad, la sexualidad y la condición de la mujer en la sociedad.

 Esa representación poliédrica entronca con la dualidad entre felicidad y dureza que desprenden las imágenes del mar Mediterráneo que forman parte de la exposición En el mar de Sorolla con Manuel Vicent, realizada con la colaboración del Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla y enmarcada en el Año Sorolla como cierre de la programación por el centenario del fallecimiento del pintor valenciano.

La exposición se muestra en Valencia, tras su exhibición inicial en Madrid, con una selección ampliada de obras que incluye 109 lienzos datados entre 1886 y 1920, entre los que se encuentran obras maestras de Sorolla que excepcionalmente han salido de su sede principal en el Museo Sorolla de Madrid y a las que se suman obras procedentes de la Fundación Museo Sorolla, la Fundación Bancaja, la Diputación de Valencia, la Colección Hortensia Herrero y colecciones particulares.

La propuesta profundiza en las distintas visiones del Mediterráneo a través de un montaje expositivo innovador en el que el escritor Manuel Vicent realiza un comisariado literario en torno a la obra de Sorolla, estableciéndose un diálogo entre pintura y literatura.

El relato de Manuel Vicent revisa desde la literatura las escenas de mar que Sorolla llevó al lienzo

A través del relato y las evocaciones de las propias vivencias de Manuel Vicent se realiza un recorrido en cuatro secciones que ofrecen una amplia visión de la vida en torno al mar Mediterráneo en el periodo de entre siglos y revelan la representación de esos escenarios en la obra de Sorolla: sus icónicas pinturas de niños representados de forma lúdica en la playa, las escenas de pescadores y pescadoras durante y después de la pesca, las imágenes de miembros de la burguesía valenciana retratados por el artista, y las escenas que reflejan la fuerza del paisaje que plasmó en sus cuadros del mar de Xàbia.

La visión naturalista que comparten Manuel Vicent y Joaquín Sorolla da como resultado una experiencia expositiva en la que se ofrece una nueva lectura de las obras del pintor a través de relato biográfico y literario de Vicent, que otorga voz a la vida que subyace en la iconografía universal de Sorolla y, al mismo tiempo, reflexiona sobre su estética luminista y su posicionamiento como artista.

Entre el nacimiento de Joaquín Sorolla y el de Pablo Picasso hay veinte años de diferencia. Si bien parecen pocos, el mundo y el concepto del arte dio un verdadero vuelco en esas dos décadas, situando a cada uno de ellos en movimientos pictóricos totalmente diferentes. Sin embargo, hay algo que les une de forma inequívoca: su vigor creativo hasta el último día de sus vidas y un compromiso inquebrantable con el arte. La vida no les puso en el mismo camino, pero sin duda el paso del tiempo sí lo ha hecho, concediéndoles a ambos el reconocimiento de ser dos de las grandes figuras del arte, que ahora se pueden disfrutar juntas en la sede de la Fundación Bancaja en Valencia. •••