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La Fundación SEUR ha conseguido que 171 chicos y chicas enfermos tuvieran acceso a tratamientos parta salvar o mejorar su vida

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Sorprende muchas veces todo lo que se puede conseguir con un simple gesto. Un ejemplo de ello lo encontramos en la iniciativa ‘Tapones para una vida’ que puso en marcha la Fundación SEUR en 2011. Su presidente, Ramón Mayo, recuerda ahora cómo surgió aquel proyecto. “Una familia de Bilbao comenzó a recoger tapones de plástico que habían acumulado familiares, amigos y vecinos, con el objetivo de reciclarlos y, a cambio, recibir dinero con el que podrían ayudar a su hijo Iker, quien necesitaba un aparato ortopédico para su movilidad. En aquel momento, un conductor de SEUR se enteró de ello y decidió pedir ayuda a la dirección de SEUR y a su Fundación, para que colaborásemos con la familia a la hora de recolectar los tapones para su causa. La flota de SEUR en toda España se implicó en la recogida de tapones para Iker, de manera que, al multiplicarse los lugares de recogida en el mismo tiempo, se consiguió alcanzar la cantidad necesaria en plazo muy breve”. A Iker le siguieron otros muchos chicos y chicas con una necesidad especial y, a fecha de hoy, se han logrado recaudar 1.190.309 euros gracias a la colaboración de 2.157 colaboradores y, lo que es más importante, sufragar esos tratamientos para salvar la vida o mejorar la situación de 171 chicos y chicas. El proyecto no está para nada acabado ni cerrado. Cualquiera que quiera convertirse en colaborador, puede solicitar que coloquen en su establecimiento una papelera de la Fundación SEUR para que sus clientes o trabajadores inserten los famosos tapones de plástico. Será la empresa de transporte la que se encargue de recogerlos. Recuerda Mayo cómo “una vez conseguido el objetivo con Iker, no se detuvo la aportación de tapones por parte de personas, empresas e instituciones, así que Fundación SEUR decidió seguir realizando ayudas por medio de esta acción”. La ayuda de una compañía de transporte en este caso resulta vital para aprovechar esas sinergias. Y, para cuadrar el círculo, ‘Tapones para una vida’ también tiene su lado medioambiental: el reciclaje de todo ese plástico duro ha evitado la emisión de 6.746 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, según su memoria de actividades.

El presidente de la institución explica el leitmotiv de la institución: “Desde que pusimos en marcha la Fundación SEUR, nuestro objetivo ha sido siempre dar relieve al valor del sector logístico para el desarrollo de iniciativas solidarias dirigidas a los colectivos más desfavorecidos y con especial atención a la infancia”.

Más allá de ‘Tapones para una vida’, la Fundación SEUR viene desarrollando una intensa actividad solidaria a través de múltiples iniciativas. Sorprende en todas ellas que la aportación económica no sea millonaria (entre los 3.700 y los 60.000 euros al año), lo que también demuestra que con fondos bien gestionados se puede conseguir bastante. Así, si ponemos como ejemplo uno de los programas más modestos en lo económico, con 8.000 euros de presupuesto por campaña, permite a madres reclusas pasar un tiempo de vacaciones con sus hijos, con los que no pueden pasar todo el tiempo que les gustaría por estar cumpliendo condena. El programa ‘Vacaciones solidarias’ beneficia a 80 familias cada año. Entre otros proyectos, podemos recordar la reconstrucción de la casa de Aldeas Infantiles en Haití, la ayuda a 120 niños huérfanos de padres con VIH en Matundo (Mozambique), una caravana solidaria al Sahara para llevar material humanitario. Otros proyectos llegan a Chile, Ruanda, Costa de Marfil…

La actividad de la Fundación SEUR también está tomando partido en esta crisis sanitaria del Covid-19. Durante los últimos meses, ha atendido más de 1.400 solicitudes de envíos solidarios. Nos explica su presidente que solo en los dos primeros meses de confinamiento llegaron casi a igualar el total de envíos solidarios que habían efectuado por otras causas en  todo 2019. Los beneficiarios de estos servicios sin coste han sido 70 entidades, llegando a más de 1.400 destinos. “Creo que esta pandemia se ha convertido en un acontecimiento clave, en el que tanto empresas, como fundaciones y sociedad en general, han sabido sacar lo mejor de sí mismos para unir fuerzas. Durante estos meses hemos vivido momentos aterradores, pero también hemos sido testigos de una ola de solidaridad nunca vista”, concluye Ramón Mayo. •••