Debate sobre ‘Ideas para la post-pandemia’ en la Fundación Ramón Areces.

Los historiadores Manuel Lucena y Pablo Martín-Aceña analizan el futuro que nos aguarda tras el Covid-19

 

“Las medidas tomadas para frenar el Covid-19 han sido las mismas que las adoptadas en las pandemias de 1348, en 1665 o en mil setecientos y pico en todas las partes del mundo: limitar la movilidad de las personas, confinarse”. Así lo ha señalado el historiador Pablo Martín-Aceña en la Fundación Ramón Areces en un debate online sobre ideas para la post-pandemia con el lema ‘El futuro que nos aguarda’. Para este catedrático de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Alcalá, “es difícil hacer conjeturas” sobre cuánto durará “este paréntesis en el progreso del mundo”, pero recuerda que “las anteriores pandemias duraron una media de tres años”. “Pandemias las ha habido desde que el mundo es mundo. De todas ellas se ha salido, como de todas las crisis económicas por muy duras que sean, también se sale, pero esas salidas son dolorosas”, ha afirmado. Y ha recordado cómo en 1918, la mal llamada gripe española dejó 300.000 españoles fallecidos y 50 millones en todo el mundo. “Aquella gripe fue terrible, pero no marcó el devenir de la humanidad”, ha añadido. 

“No quiero ser pesimista pero no será ésta la última crisis sanitaria”, ha advertido también. Sobre los cambios que nos traerá la nueva normalidad, Martín-Aceña ha dejado claro que “no vamos a estar dispuestos a dejar de viajar, ni los estudiantes a hacer sus Erasmus… La globalización no va a retroceder, igual sí temporalmente por los cierres de fronteras, pero no cuando todo esto acabe”. Y se ha mostrado optimista sobre la recuperación “por la fuerza de las sociedades para seguir adelante”.

 Martín-Aceña y Lucena han analizado también el urbanismo y se han mostrado a favor de repensar el modelo. Para Martín-Aceña, también en anteriores pandemias hubo una tendencia de huida de las ciudades. “Es algo lógico que hemos visto también en la Historia porque en las urbes se transmitía más rápido la enfermedad y hay imágenes de caravanas de carromatos abandonando Londres… pero luego volvieron, porque es un movimiento de ida y vuelta”. Al respecto, Manuel Lucena, Investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC), también se ha mostrado favorable a repensar el modelo actual de ciudades. “La Historia nos muestra que esto lo hemos vivido antes. Sin embargo, la aceleración tecnológica global que venimos experimentando desde la caída del Muro de Berlín nos ha hecho vivir todo de una forma más inmediata. Sí podemos decir que estamos asistiendo a la primera pandemia retransmitida en directo a todo el mundo”, ha añadido.

Por su parte, Fernando R. Lafuente, investigador del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, ha destacado que “este tipo de catástrofes afectan en sus convicciones profundas a todas las sociedades”. Tras asegurar que “la Historia no tiene guión” y que “el concepto de progreso está en revisión”, también ha reflexionado sobre la pérdida de interés en las ciudades: “La gente se ha dado cuenta de que en las pequeñas poblaciones no solo aumenta la calidad de vida, sino que pueden seguir desarrollando su trabajo con la ayuda de la tecnología y seguir activos a todos los niveles, ahorrándose las grandes tensiones y agobios que supone una gran ciudad. Y eso que nuestras grandes ciudades son pequeñas comparadas con Pekín, Sao Paulo…” En la etapa universitaria, sin embargo, este ensayista ve debilidades en el modelo de enseñanza online: “Los estudiantes que vienen de fuera a nuestros campus lo que buscan es la experiencia personal. Si les ofreces el mismo curso online, no les interesa”. Otras de las conclusiones o ideas que nos deja esta pandemia, a juicio de Rodríguez Lafuente, es la “enorme revalorización de dos profesiones muy vocacionales: la del médico y la del profesor”. Y ha destacado también el papel de la cultura en una situación así, que “nos ha permitido soñar y evadirnos en medio de la tragedia”.•••