El encuentro ha servido para debatir en torno a la revolución tecnológica.

El encuentro ha servido para analizar las oportunidades y los retos que abordamos como sociedad. Carlos Rodríguez Braun, ha destacado que la tecnología -hasta hoy- siempre ha incidido positivamente sobre el crecimiento económico.

Debemos estar preparados para los cambios que las nuevas tecnologías impondrán sobre nuestra forma de vida y sobre el sistema productivo, de forma que podamos beneficiarnos de las grandes oportunidades que ofrecen y sortear algunos riesgos que las acompañan. Esta ha sido una de las conclusiones del diálogo que han mantenido Carlos Rodríguez Braun, catedrático de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad Complutense de Madrid, y Marta García Aller, periodista de El Confidencial y autora del libro ‘El fin del mundo tal y como lo conocemos’, en el marco de la jornada ‘Tecnología en constante evolución’, moderada por el periodista David Cantero.

Este cuarto encuentro, organizado por la Fundación Pfizer con motivo de su 20 aniversario y enmarcado dentro de la serie de diálogos ‘En constante evolución’, ha tenido lugar en el CosmoCaixa de Barcelona y ha servido para debatir en torno a la revolución tecnológica, desde los primeros pasos de la revolución industrial, hasta la revolución robótica que está por venir.

En este sentido, Sergio Rodríguez, presidente de la Fundación Pfizer, ha destacado que la tecnología “ya está haciendo que evolucionen los entornos empresariales, creando nuevos trabajos y nuevas oportunidades de negocio y sirviendo para mejorar la vida y la salud de las personas. Por eso es importante adelantarse a los cambios y extraer lecciones de la historia, al mismo tiempo que se presta una gran atención a aquellos que están en la vanguardia de la tecnología”. “Por ello”, ha continuado, “encuentros como éste nos permiten conocer mejor qué podemos esperar del futuro para aprovechar plenamente las grandes posibilidades que se nos ofrecen”. 

Los cambios asociados a la automatización, el big data y la inteligencia artificial que están teniendo lugar en la actualidad han sido bautizados por algunos expertos como ‘Cuarta Revolución Industrial’, aunque es un término que a Carlos Rodríguez Braun no le termina de convencer. “Creo que tendemos a abusar del término ‘revolución’, posiblemente porque a mucha gente le gusta llamar la atención”, ha señalado. El economista ha sido encargado de ofrecer un contexto histórico a la cuestión de cómo han afectado los cambios tecnológicos a los modos de vida y a los modelos económicos.

“Parece que la tecnología incide sobre la producción y el empleo. Hasta hoy, los cambios tecnológicos han sido efectivos para el crecimiento de la economía y la creación de puestos de trabajo, a pesar de los múltiples agoreros que siempre los han acompañado. Si suponemos que el pasado sirve de guía para el futuro, la robotización y la inteligencia artificial tendrán un impacto positivo sobre la economía europea”, ha explicado el catedrático. “Mi conjetura es que existe una relación entre tecnología y crecimiento, pero no está claro que la haya entre industrialización y crecimiento”, ha añadido Rodríguez Braun, poniendo el ejemplo de varios países desarrollados, como EE.UU. o Alemania, cuyo sector industrial tiene un peso menor en relación con el PIB que el de otros países en vías de desarrollo. 

 

Un cambio transversal

Por su parte, Marta García Aller, ha sido la encargada de dar su visión sobre el futuro. Como periodista, se ha dedicado a investigar sobre esta cuestión hablando con científicos, empresarios y expertos en diferentes ámbitos en la vanguardia tecnológica y su búsqueda ha cristalizado en un libro titulado ‘El fin del mundo tal y como lo conocemos’. “No creo que sea un título apocalíptico, porque no quiere decir que el mundo que venga después no sea mejor”, ha apuntado la periodista, quien ha explicado que, aunque algunos de los grandes cambios vividos en las últimas décadas, especialmente en lo relativo a la tecnología móvil y al acceso a la información, podrían hacernos pensar que vivimos ya en el futuro, los expertos con los que ha conversado le han convencido de que, tanto la Inteligencia Artificial como el potencial de internet para cambiarnos la vida, “están aún en pañales”. “Eso, además de ser fascinante, es un gran reto”, ha añadido.

La periodista ha destacado las posibilidades que estas tecnologías tienen para nuestra salud. “El big data se está empezando a utilizar en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer y el Alzheimer. Nos puede, literalmente, salvar la vida”, ha asegurado. “El cambio que vivimos es tan transversal que es importante poner el foco en disciplinas muy distintas para hacernos una idea de lo que está pasando”. Para responder a preguntas como si van a cambiar nuestros trabajos con la robotización o van a desaparecer o de qué modo afectará a nuestro cerebro estar permanentemente conectados, García Aller cree que lo mejor es mantener los ojos y los oídos abiertos y observar los cambios que ya se están produciendo.  

 

Desafíos y oportunidades

En opinión de García Aller, hay tanto desafíos como oportunidades. Según considera, empezamos a vislumbrar, por ejemplo, el fin del petróleo y de un sistema de movilidad en las ciudades que tilda de ineficiente. “Tener aparcado a la puerta de casa un coche que está parado el 95% de su vida útil no tiene futuro con la nueva movilidad compartida que ofrece el carsharing y la tecnología actual. Y eso abre unas oportunidades muy esperanzadoras para que construyamos ciudades más vivibles”, ha expresado. García Aller reconoce no obstante que hay escenarios más inquietantes, relacionados con la dificultad de proteger los datos personales y la privacidad. “Solo podemos ser optimistas sobre el futuro si dejamos de ignorar los riesgos que presenta”, ha resumido. También se ha referido al desafío de que ciertos trabajos vayan a desaparecer, al mismo tiempo que aparecerán otros empleos nuevos.

Preguntado sobre estas cuestiones, el profesor Rodríguez Braun ha reconocido que es difícil concretar qué sectores de la economía se desarrollarán más en el futuro y cuáles desaparecerán, pero sí considera que la experiencia a lo largo de la historia permite extraer algunas lecciones sobre cómo actuar ante estos cambios. “Sospecho que lo importante no es jugar a los adivinos, sino lograr que quienes crean empleo tengan los menores obstáculos para hacerlo y quienes los destruyen tengan las mayores facilidades para reconvertirse, minimizando los costes sociales del tránsito de unas actividades a otras”, ha señalado.

Rodríguez Braun reconoce también el riesgo de que el miedo a los cambios derive en soluciones que, prometiendo proteger a la gente, restrinjan las libertades. “El miedo al cambio es consustancial a los seres humanos, como la aversión al riesgo. Por eso hay tantos trabajadores y tan pocos empresarios. Esto es normal. Lo peligroso no es tanto el miedo al cambio, sino el miedo a la libertad, y esto está asociado con movimientos que sospecho que son peligrosos”, ha opinado el catedrático.

Por su parte, el presidente de la Fundación Pfizer ha concluido señalando que son precisamente la evolución de la sociedad, la creatividad, la tecnología, la ciencia o la inteligencia, las que marcan el hilo conductor de las jornadas ‘En constante evolución’, con las que la Fundación Pfizer quiere celebrar su vigésimo aniversario y que tienen lugar en distintas ciudades españolas durante 2019. •••