Fundación Naturgy y el Capítulo Español del Club de Roma publican un informe que afirma que es necesaria una reforma ambiciosa del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión, si se considera que el precio del carbono debe seguir siendo una piedra angular de la política climática de la Unión Europea.
El precio del CO2 (carbon pricing) es una pieza clave para impulsar una mayor descarbonización de la Unión Europea, pero es necesario realizar una reforma profunda del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión para que sea una herramienta efectiva, con la que Europa pueda cumplir los objetivos de descarbonización de 2050. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Carbon pricing. Principales logros en Europa y opciones para una descarbonización profunda’, publicado por Fundación Naturgy y el Capítulo Español del Club de Roma.
Desde la creación del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión en 2005, el mercado de carbono ha intentado mantener una señal de precios que incentive las inversiones, con reformas para modificar tanto las cantidades permitidas de emisión de CO2, como los mecanismos para conseguir una estabilidad en el precio. Sin embargo, distintos factores han contribuido a una excesiva variación del precio en el tiempo, impidiendo la necesaria estabilidad y predictibilidad para impulsar la reducción de emisiones de manera más intensa.
De hecho, el impacto del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión en la reducción de emisiones en Europa es difícil de evaluar, debido a la superposición de las políticas climáticas y energéticas europeas y nacionales. Según el informe, “en el sector de la energía, por ejemplo, algunos estudios han demostrado que la mayor parte de la reducción de emisiones ha sido impulsada por las políticas de apoyo a las energías renovables u otras tecnologías limpias”.
Posibles reformas del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión
En este escenario, el informe expone las posibles reformas del Régimen de Comercio de Derechos de Emisión para cumplir con el European Green Deal, que plantea aumentar del 40% al 55% la reducción de las emisiones para 2030. Estas diferentes opciones son:
- ajustar el límite de emisiones a la realidad los valores actuales;
- incrementar el porcentaje de reducción de las emisiones permitidas anualmente;
- extender el alcance del mercado de carbono a otros sectores, lo que podría duplicar el volumen de las emisiones cubiertas por el precio del CO2;
- realizar reformas para dar señales de precio más predecible a futuro y apoyar así las inversiones (reformar el mecanismo de estabilidad, introducir un “suelo” de precio o bonos verdes, entre otros).
Actualmente, el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión opera en 31 países, limitando las emisiones de alrededor de 11.000 instalaciones, que representan alrededor del 45% de los gases de efecto invernadero (GEI) de la UE. •••