El 74% de las fundaciones españolas y europeas hallan dificultades para elaborar las mejores estrategias de recogida y validación de datos. Esta es una de las principales conclusiones del informe » Más allá de la rendición de cuentas. Cómo las fundaciones están aprendiendo a gestionar su impacto»  elaborado por el Esade Center for Social Impact (ECSI) y la fundación bancaria BBK.

El documento ofrece un análisis del estado del sector de las entidades donantes con respecto a la medición y gestión del impacto (MGI) que generan en la sociedad y el medioambiente, a partir de la información proporcionada por 40 destacadas fundaciones donantes, de las cuales 21 son españolas.

La medición y gestión del impacto está empezando a ocupar un lugar central en el día a día de la mayoría de las fundaciones españolas. Pero, aunque existe un compromiso decidido para mejorar –una media equivalente a 1,48 personas a jornada completa se dedica a la Medición y Gestión del Impacto–, todavía queda margen de mejora para generar unos datos de impacto transparentes y comparables en todo el sector. 

“Las fundaciones necesitan saber si cumplen con sus objetivos sociales y, por eso, es importante medir y gestionar su impacto. En este sentido, el sector de las fundaciones españolas se está desarrollando a un ritmo rápido en relación con la MGI”, ha destacado Lisa Hehenberger, directora del ECSI y una de las coautoras, junto a Leonora Buckland, Laura Reijnders y Deborah Gold, investigadoras del ECSI. “La medición y gestión del impacto es hoy una realidad aceptada y un elemento crítico de la gestión de cualquier organización social en el siglo xxi, ya sea una fundación, una ONG o una organización relacionada con el impacto. Nuestra labor es, en última instancia, ayudar a estas organizaciones a generar un mayor impacto a través de sus actividades”, ha explicado Hehenberger.

 

Los retos: transparencia del impacto y gestión

Sin embargo, las fundaciones españolas y europeas, unas 147.000 que gestionan unos 511.000 millones de euros en activos y dotaciones (endowments) y conceden unos 60.000 millones de euros anuales, se están quedando atrás con respecto a sus homologas estadounidenses en cuanto a la transparencia sobre su impacto y sus prácticas de gestión cotidianas. Según datos recogidos por el informe, las fundaciones españolas y europeas se enfrentan a desafíos técnicos –cómo moverse en el panorama complejo de las metodologías de MGI– y prácticos –cómo incorporar prácticas robustas de gestión del impacto dentro de sus organizaciones–. Pese a ello, como también muestra el informe, la intención de desarrollar culturas de aprendizaje más sólidas crece rápidamente. Además, las fundaciones benéficas se están enfrentando a los nuevos desafíos que plantea la medición del impacto, pues abordan cada vez más cómo medir problemas sistémicos tan complejos como el cambio climático, las desigualdades, la pobreza, etc., que desmienten las simples métricas de impacto.

Medir la obra social para mejorarla

Actualmente, las dos herramientas preferidas por las fundaciones para enmarcar su estrategia de gestión del impacto son los ODS de las Naciones Unidas (el 43% la utilizan) y la metodología de la teoría del cambio (el 82% la aplican, también). Ambas suponen un primer paso para la mejora de la armonización de prioridades y criterios dentro del sector de las fundaciones. Sin embargo, el estudio concluye que, aunque estos instrumentos suponen una guía a nivel macro, todavía existen retos que afrontar a nivel micro, dentro de las propias entidades sociales, ya que resulta complicado establecer una relación directa entre ambos acercamientos.

El aspecto positivo es que las fundaciones donantes ya van más allá de los detalles técnicos y se centran en temas más estratégicos, como las dinámicas de poder entre la fundación y los proyectos respaldados, el desarrollo de capacidades tanto internas como externas y el equilibrio entre la confianza y la rendición de cuentas.

La información de este informe ha sido proporcionada por los miembros de las Comunidades de Prácticas (CoP) española y europea, dos grupos de fundaciones donantes creados a finales de 2020 por el ECSI de Esade en colaboración con BBK y en asociación con la European Venture Philanthropy Association (EVPA) y la Asociación Española de Fundaciones (AEF) para aumentar el nivel de transparencia, la puesta en común de conocimientos y el intercambio dentro del sector de las fundaciones europeas sobre la GIM. •••