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FAD y BBVA animan a los universitarios a trabajar en el rediseño de las aulas y de los modelos de enseñanza
Durante los meses de confinamiento por la pandemia del Covid-19, alrededor de 1.500 millones de niños en 194 países se han visto afectados y no han podido desarrollar su actividad educativa normal. Ahora, con el reinicio del curso escolar, se han multiplicado los debates políticos sobre competencias y se han lanzado diferentes planes para intentar organizar una vuelta al cole dentro de una ‘nueva normalidad’. El sector fundacional no ha permanecido para nada al margen de esa realidad. FAD y BBVA, que cuentan con una dilatada experiencia conjunta de 16 años en iniciativas sobre educación, han promovido un concurso de ideas dirigido a los jóvenes. “El reto era aprovechar la creatividad y el enfoque multidisciplinar de los universitarios para conseguir ideas inspiradoras que nos ayuden a encontrar soluciones a estos nuevos problemas”, explica a Consejeros la directora general de la FAD, Beatriz Martín. “Confiamos en la capacidad de los jóvenes para cambiar el mundo y repensar este tipo de situaciones. Ya nos dieron muchas lecciones a los adultos por ejemplo con la crisis climática liderando movimientos sociales. Se ha criminalizado mucho a los jóvenes por estar detrás de los repuntes de casos y queríamos dar esa imagen de compromiso, que la hay en los universitarios, para ayudarnos a repensar las aulas”, añade.
Esta iniciativa, que se engloba en un programa mucho más amplio de investigación sobre la mejora de la educación, ha contado con la participación de 100 jóvenes y ya hay propuestas ganadoras en sus dos categorías: una primera dirigida a rediseñar el aula como lugar y otra sobre los modelos educativos. En la primera, destacan los espacios modulares, versátiles y flexibles con forma de hexágono para organizar los centros inspirándose en la naturaleza, en concreto, en las colmenas de las abejas. En este y en el resto de proyectos no solo se tienen muy en cuenta las medidas de seguridad y de protección, sino que se busca que éstas convivan de forma natural en las escuelas. “En cuando a modelos educativos, se da por sentado que se va a trabajar con un sistema híbrido que combine lo presencial con lo digital, algo que ya encontrábamos en las conclusiones de nuestras investigaciones anteriores, en las que habían participado 5.000 docentes y estudiantes”, nos explica Beatriz Martín.
Una de las ganadoras en esta segunda categoría sobre modelos educativos, Esther Polo, propone un sistema de puntos para decidir qué alumno debe de acudir siempre a clase y cuáles deberían rotar atendiendo a distintos criterios como la situación socioeconómica, el acceso a internet y a dispositivos electrónicos, la situación laboral de los padres, si tiene necesidades especiales de aprendizaje… “La pandemia también ha tenido efectos positivos: las familias se han implicado más en la educación de sus hijos y se han roto las barreras del aula tradicional”, resume esta alumna en su proyecto.
La directora general de la FAD insiste en que “esto no es una crisis educativa, sino que necesitamos un apoyo social total para evitar que se produzcan nuevas brechas”. Y pone como ejemplo “el desajuste que podría darse en etapas de infantil de inicio en la lectura, en la que muchos meses más de retraso podría ser muy perjudicial para los alumnos”. Martín también anima a “trasladar al ámbito educativo lo que ya viene haciéndose en las empresas al enfocar el trabajo a proyectos y fomentar más la colaboración, olvidarse poco a poco de los silos y de las materias aisladas, promover un sistema de mentoría entre los propios alumnos, reducir la eterna dicotomía entre lo que se aprende en la escuela y lo que demandan las empresas”.
Para evitar que esta fructífera tormenta de ideas ordenada caiga en saco roto, los impulsores de la iniciativa ‘Jóvenes repensando aulas’, la FAD y BBVA, ya han mantenido contactos con instituciones educativas por su relación de más de tres lustros con ellas. También tienen previsto celebrar un encuentro -ya sea presencial o virtual- con estos responsables para hacerles llegar las propuestas ganadoras. Beatriz Martín aprovecha para recordar cómo la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción dirige ya el 70% de sus actividades a los jóvenes con el objetivo de promover en ellos un desarrollo personal muy al margen de las temidas sustancias estupefacientes. Aprovechamos también para preguntarle por cómo han evolucionado esos consumos desde el inicio de la pandemia y reconoce avances en la reducción del consumo de alcohol y tabaco (las dos de mayor incidencia en público adolescente y joven) “por la reducción del contacto social y por el control parental”. •••