Sara Mateos, directora de la Fundación Disa, y Antonio Rico, de la Cruz Roja de Canarias.

Más de 1.600 niños canarios vuelven este curso al colegio con sus mochilas llenas, de libros y de cuadernos, de chándales, y de abonos para conectarse a internet, e incluso de tablets, gracias al compromiso de la Fundación Disa y al acuerdo que acaban de renovar, como lo hacen desde 2014, con la Cruz Roja de Canarias.

Como explica Sara Mateos, directora de la Fundación, “Cruz Roja está en contacto constante con las familias y las personas más necesitadas de las islas y conoce perfectamente las necesidades de cada familia”. La Fundación hace una aportación inicial de 140.000 euros pero el programa durará todo el curso, de modo que la cantidad podría ampliarse si fuera necesario:

“Es un proyecto que no está cerrado, de modo que el año pasado hicimos una dotación inicial para 1.400 niños y al final fueron 1.600. Este año hemos hecho este cálculo inicial de 1.600 pero estamos abiertos a ampliarlo si es necesario. Los chicos reciben vales por valor de 70 euros en adelante, para comprar el material que necesiten, y que puedan elegir, porque no se trata de darles materiales nuestros con nuestro logo, etc, sino de luchar por su inclusión y de facilitarles el aprendizaje”.

Desde el curso de 2014, 14.830 niños canarios se han beneficiado ya de este programa de la Fundación, que ha tejido múltiples alianzas para llegar lo más lejos posible con un presupuesto, que para este año es de 2,8 millones de euros. “El compromiso de Disa con su Fundación es muy fuerte, y aunque en los momentos difíciles de la pandemia hubo muchas fundaciones de empresa que vieron recortado su presupuesto, ese no ha sido nuestro caso” explica Mateos, quien subraya que “Canarias vive del turismo, y cuando hemos tenido turismo cero, como ha ocurrido en estos años de la pandemia, han llegado a sentir hambre personas que nunca antes se habían encontrado en esa situación… ha sido muy duro”.

Fue entonces, con los niños en casa recibiendo las clases on line, cuando en la Fundación Disa se sintieron llamados a poner remedio a una brecha digital “que si en toda España es importante, aquí lo era, y lo es, aún más”. Así que se emplearon a fondo para ayudar a tener dispositivos digitales a más de 150 familias… “Como dice el presidente de la AFE, es tiempo de alianzas. Somos un equipo pequeño y no tendría sentido aumentar la estructura y el gasto corriente cuando de lo que se trata es de llegar a acuerdos como este que tenemos con Cruz Roja, que conoce la realidad de cada isla, de cada pueblo… porque en Canarias hay realidades muy distintas”.

Fruto de los años de la pandemia nacieron en la Fundación Disa las convocatorias de “ayudas a entidades que apoyan a menores en situación de riesgo”, a las que en su tercera edición se han presentado 21 organizaciones con 26 proyectos de los que finalmente se han seleccionado siete para desarrollarlos, con una dotación total de 88.390 euros, en distintos puntos de las islas.

Además de este eje “social”, la Fundación tiene otro eje de programas medioambientales, que han permitido, por ejemplo, instruir en estos temas a más de 4.000 niños de 10 y 11 años, o montar “Canarias, laboratorio marino” en la primera planta del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología de Las Palmas de Gran Canaria.

Y un tercer eje “científico, educativo y de investigación” en el que organizan desde premios a la investigación hasta una escuela de padres en la que expertos en materias como alimentación infantil, salud, acoso escolar, sexualidad o disciplina positiva, imparten charlas dirigidas a los adultos mientras de forma complementaria y paralela a estas acciones, los menores acompañantes tienen la oportunidad de participar en talleres específicamente diseñados para ellos en consonancia con los temas que se estén tratando en las conferencias (la próxima sesión será el 21 de octubre)

Todo ello, claro, sin olvidarse de atender las puntuales y acuciantes necesidades que surgen día a día con situaciones inesperadas, como la generada por la erupción volcánica del Cumbre Vieja, en la Isla de La Palma, el 19 de septiembre del año pasado: “Nuestro compromiso con la isla se ha visto reflejado desde el primer día de la erupción. Gracias a entidades como Cruz Roja, Fundación Theodora o la Asociación Mojo de Caña y a los grandes profesionales que se han sumado en esta labor, hemos conseguido aportar nuestro granito de arena para mejorar la situación de la isla bonita”. No solo a través de sus ejes de trabajo habituales, también, por ejemplo, desplazando a medio centenar de voluntarios para ayudar en la recogida de cenizas… “Somos conscientes de que queda mucho trabajo por hacer, por ello seguimos sumando alianzas con las que contribuiremos a poner en marcha distintas iniciativas en los próximos meses”. •••